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3
7,1
34.494
Thriller. Drama
Madrid, verano de 2011. Crisis económica, Movimiento 15-M y millón y medio de peregrinos que esperan la llegada del Papa conviven en un Madrid más caluroso, violento y caótico que nunca. En este contexto, los inspectores de policía Alfaro (Roberto Álamo) y Velarde (Antonio de la Torre) deben encontrar al que parece ser un asesino en serie cuanto antes y sin hacer ruido. Esta caza contrarreloj les hará darse cuenta de algo que nunca ... [+]
31 de enero de 2023
4 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Critica años más tarde -- final anticlimático (sí, sí - referencias al cine de primera mitad de los setenta, ya se sabe - estupendo), cast atinado (aunque lo de la tartaja de Torre me saca), una ambientación que termina siendo una pega (la crítica religiosa es tan mundana como obvia - y eso lo dice alguien que es ateo - y su conexión con el psycho de turno es obvia) y el calor no ayuda a este Seven veraniego - a ver -- hacer bien un Seven en estos lares cuando el género está agotado, con casi un cuarto de siglo de por medio es llegar tan tarde como mal). La duración es algo extremada y el modus operandi del asesino --
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
(matar y violar ancianas desvalidas) no hace que aterre. Además de que cierta referencia al tamaño de su pene resulta casi un momento de parodia (¿de verdad que pensaban que iba a quedar la frasecita bien en pantalla?).
Ah - y no me olvido de el momento en el que el policía tartamudo ESENCIALMENTE ABUSA SEXUALMENTE DE UNA POBRE LIMPIADORA. La fuerza, oigan. Plasmado en el contexto en el que se plasma, resulta aberrante y hasta moralmente discutible (más que nada porque se pinta al tartamudo como un personaje más o menos empatizable. En fin. Sorogoyen y yo -- NOPE.
Ah - y no me olvido de el momento en el que el policía tartamudo ESENCIALMENTE ABUSA SEXUALMENTE DE UNA POBRE LIMPIADORA. La fuerza, oigan. Plasmado en el contexto en el que se plasma, resulta aberrante y hasta moralmente discutible (más que nada porque se pinta al tartamudo como un personaje más o menos empatizable. En fin. Sorogoyen y yo -- NOPE.