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España España · Móstoles (Madrid)
Voto de Nefasto_Cinéfilo:
10
Terror. Thriller El viaje de una familia se convierte en una pesadilla terrorífica cuando se adentran en una zona desértica de acceso restringido, donde el Gobierno está haciendo experimentos con energía atómica. (FILMAFFINITY)
12 de julio de 2007
14 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se ha alabado a Alejandro Ajá, apodado la Bestia Francesa, por su debut con Alta Tensión. Aquí sigue marcando su buen hacer.

En las películas de terror, los protagonistas suelen ser libidinosos jóvenes, cargados de arquetipos, que dicen más estupideces que palabras sensatas. Los diseñan así para que nos diviertan ver como los matan luego. Pero aquí, cuando la victima es una familia, la cosa cambia, te preocupa y deseas que no le pase nada, el director lo sabe y por eso nos muestra la primera mitad una road-movie familiar.
El ritmo de la película es de un correcto crecento, primero costumbrista, para conocer a la familia, después las sospechas, la intriga y el primer sentimiento de miedo que tiene el hijo joven, El punto álgido, la de mayor violencia y angustia, que separa la parte amable del film para introducirnos en la parte final, supervivencia y odisea, que alterna el sigilo con la acción brutal.
Se sabe que los malos de la película son una familia de mutantes, productos de las pruebas militares sobre el desierto y la mina. Son dos generaciones de mutantes, cuyos padres se negaron a abandonar la zona y se escondieron en las minas, donde criaron a los niños. Algunos se asemejan a las bestias: retraso mental, salvajismo; otros, los astutos, organizan a los demás: vigilar forasteros, ordenes, control con waltie-talkie.
Sin embargo, también están los niños, que son inocentes y sin maldad. No parecen tener ese rencor intrínseco a los Normales, quizás al no haber sido educados como sus padres o el cambio generacional tenga algo que ver.
Lo más significativo de la familia mutante es el amor-odio QUE SIENTEN hacia su país. Por culpa de su gobierno militar que los obligó a nacer así deformados y a sus padres a refugiarse en un túnel subterráneo, por culpa de los normales que los desprecian y rehuyen, pero aman a su país después de todo y a sus gentes les tiene envidia: no quitaron los maniquís de prueba que pueblan su pueblo ni sus casas (construidas para valorar como podía afectar una bomba nuclear a la población civil, resultando ser un buen refugio, aunque parezcan deshabitadas como un misterioso pueblo fantasma) adornadas en los años 50, incluso la televisión está estancada en esa época. Añoran lo que no pueden tener (ejemplo es el mutante gordo y calvo peinando entretenido una peluca mientras ve la tele). El jefe de ellos, un macro encéfalo, incapaz de moverse, canta emocionado el himno nacional. Demostrando mejor que nadie lo que es patriota, adorar a un país imperfecto que los condenó al dolor, pero nunca sin dejar de odiarlo en el fondo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Nefasto_Cinéfilo
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