Dos lolitas viciosillas, un niño pequeño que practica cibersexo sin ser consciente de ello, un dependiente de zapatería que no debió haber sido padre, una cuidadora de ancianos que busca el amor a primera vista, un adolescente de mirada triste,...

Es cierto que no es la primera película que nos cuenta este tipo de historias cruzadas de seres solitarios en busca de afecto, ni que es la primera vez que nos lo cuentan de esta manera, a lo "indie" norteamericano, pero la ópera prima de Miranda July es una muy curiosa, inteligente, y observadora disección de personajes llamativos y poderosamente atractivos.