Unos chicos norteamericanos deciden coger un avión y tragarse un montón de horas de vuelo (además de lo que cueste el viaje) para perderse en un bosque y tomar allí un té hecho con unas setas alucinógenas. Una vez allí, uno de los chicos dice que una seta es peligrosa y la que se supone que es la mas cerebral y la más lista del grupo decide tomársela. Una vez que se la toma, en vez de darle un jamacuco, le da por tener visiones de lo que esta pasando en otros sitios y de lo que pasará en el futuro. ¿Esta película es de miedo o es una comedia? Si a esto le añadimos a dos deficientes mentales que viven solos en una cabaña perdida por el bosque y vacas que hablan nos podemos preguntar qué se han tomado el guionista, el productor y el director del film.

El director quiere darnos la sensación de incertidumbre que tienen los protas (puestos de setas hasta arriba) con continuos flashbaks y cambios de luminosidad; y en vez de eso consigue que en muchas partes no nos enteremos de nada de lo que está sucediendo.

La película tiene buenas intenciones, pero se podría haber hecho un guión más creíble y también se podría haber evitado ese tufillo a el Proyecto de la Bruja de Blair que tiene.

Lo único pasable es el final y eso que no está demasiado bien conseguido.