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Voto de Ismael Alzola:
7
Ciencia ficción. Acción. Thriller En un futuro no muy lejano, Gran Bretaña se ha convertido en un país totalitario dirigido con mano de hierro por un tirano (John Hurt). Una tarde, tras el toque de queda, Evey (Natalie Portman) es rescatada en plena calle por un misterioso enmascarado cuyo nombre es "V" (Hugo Weaving). El extraño personaje le explica cuáles son sus planes para recuperar la libertad. En efecto, todas las acciones de V tendrán como objetivo hacer estallar ... [+]
1 de julio de 2021
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Asemeja con calidad la iconocidad del personaje del cómic, lo sitúa de forma práctica y rápida entre el simbolismo pragmático y el carácter rudo de su precedente artístico. La distopía política posee más color, algo que no termina de encajar bien con la sombría y difuminada Inglaterra con la que David Lloyd expresaba el infortunio maldito de vivir sin libertad. El guion de Lana Wachowski posee una inspiración fidedigna, vinculada en esencia con la imagen de la revolución que tanto imperaba en la premisa literaria de Alan Moore.

Tiene todo el semblante que rodea el producto de masas hollywoodiense, pero con este hándicap aún consigue convertirse en una adaptación correcta y elocuente. La importancia que cobra el arte se impone como un nexo, una puerta hacia la salvación de la tiranía que representa tanto la "verborrea" maestra de Hugo Weaving y el romanticismo habitado en las escenas más interesantes.

La "vendetta" es el móvil del argumento, desplazándose en su hora restante a la trayectoria que similarmente emplea el cómic, lo que demuestra en gran parte su gran dependencia hacia la obra original para mantener su solvencia. La madurez de su conjunto cinematográfico no intensifica la naturaleza de sus primigenias intenciones, en suma su alto esteticismo parece olvidar esa innovadora e idealista transmutación de cada uno de los medios artísticos por los que circula la idea de Alan Moore y David Lloyd.

El slow mo de McTeigues roza mínimamente el mismo ridículo que el empleado por Zack Snyder, aspecto olvidable por el ideario exteriorizado y consciente de una adaptación con una revolución que peca en un extremismo que poco emociona, no es una anarquía doliente y feroz, sino su apariencia posmoderna, su ocultamiento como producto de masas.
Ismael Alzola
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