En un mundo donde las redes sociales determinan nuestra popularidad, una mujer anhela alcanzar, a base de recibir valoraciones positivas, un estatus que le permita mudarse a una vivienda mejor. Cuando una amiga acomodada la invita a su boda como dama de honor, ve una gran oportunidad para enriquecer su perfil.
Tal premisa inauguraba la tercera temporada de "Black Mirror", satirizando la sumisión del ser humano a las tecnologías imperantes. La protagonista llegará a perderlo todo en su afán por escalar puestos en un entorno terriblemente superficial. Una de las entregas más brillantes de esta distopía creada por Charlie Brooker, con Joe Wright tras la cámara y Max Ritcher a la partitura.



"Sea usted misma. Gestos auténticos, esa es la clave."