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Voto de Tony Montana:
6
Ciencia ficción. Thriller. Terror. Intriga. Comedia Adaptación de una novela de H.G. Wells sobre un hombre que posee la facultad de hacerse invisible. (FILMAFFINITY)
7 de agosto de 2007
7 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Habiendo leído varias novelas de Wells, uno puede llegar a la simple conclusión de que estaba sobrevalorado. Otros pueden pensar que su obra queda un tanto naif, y que envejece de una forma horrible. Quizás la sensación que provocan las sucesivas adaptaciones de sus novelas a la gran pantalla es de inocencia y escasa calidad. Soy fan de su obra, pero la tomo con distancia, sabiendo que lo que me puedo encontrar tiene la misma verosimilitud que Caperucita roja, porque las bases científicas sobre las que se asienta son escasas, por no decir nulas. Pero aún sabiendo eso, sus novelas me encantan, y me siguen fascinando. Es al trasladarlo al cine cuando realmente veo que las leyes de la ciencia ficción que él sentó han quedado totalmente desfasadas y que puede que sea incomprensiblemente endiosado. El hombre invisible es una muestra de ello. Parte de una base genial, realmente interesante, pero la pobreza de la historia da al traste con un comienzo que daba para mucho más.

Teniendo en cuenta que nos encontramos en los comienzos del cine, también es comprensible el elevado número de fallos de la cinta, su pueril desarrollo de la historia, la pobre puesta en escena, y algunas interpretaciones sobreactuadas, sobre todo la de Claude Rains, que realiza una teatral recreación del mítico personaje de la novela. Pasado de rosca, caricaturesco, un bufón con ansias de grandeza, aunque quizás esto se deba más al a torpeza de los guionistas, o quien sabe si realmente la culpa es del propio Wells. Al no ser una historia que se preste al lirismo y a la belleza, como en su momento pudo ser Frankenstein, Whale fracasa totalmente con una puesta en escena pobre, torpe, y una edición simplemente horrible. Quizás si hubieran dado más tiempo para contar la historia, y se hubieran preocupado por hacerla más creíble habría acabado siendo una gran película, pero supongo que no darían más de sí.

En Dioses y monstruos, absoluta obra maestra de Bill Condon, un James Whale magistralmente interpretado por Ian Mckellen le preguntaba a su jardinero si, viendo La novia de Frankenstein, alguno de sus amigos se rió. Este, pensando que eso le ofendería, niega lo evidente. Whale le respondía: Vaya, es una lástima, es para lo que la hice. Quizás yo no he sabido verle el punto paródico, o me ha parecido tan sumamente infantil que ni he pensado en la posibilidad de que estuviera hecha a guasa, pero por mucho que la intención de Whale fuera hacer reír, no puede tapar los enormes fallos de toda la película. Otra prueba de la capacidad de mito que, con el paso del tiempo, ha superado su calidad como película.
Tony Montana
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