Curioso a la par que turbador documental que contrapone la narración de sus protagonistas directos con una dramatización hiperrealista de su aventura. Un par de escaladores viajan a los Andes peruanos para escalar una cima por una ladera inexplorada hasta ese momento. Las cosas se tuercen y la vida de ambos, sobre todo de uno de ellos, pasa a pender de un hilo.

Llama mucho la atención la crudeza y veracidad de las recreaciones. Pareciera que estamos viendo el vídeo de una travesía montañera real. Es el mayor punto fuerte de esta producción británica, sobre todo para los amantes de la montaña y la escalada en hielo. Es casi mejor que un capítulo de Al Filo de lo Imposible. Carece del misterio de no saber el desenlace ya que son los mismos protagonistas quienes lo relatan, con lo que desde un principio conocemos que hay final feliz. Pero eso no le resta fuerza ni rebaja el brío de los momentos más tensionados y agustiosos, en los que vemos como las pasa el pobre Joe. En relato además está muy sobriamente narrado, sin buscar sensiblerías ni golpes de efecto. Una epopeya cruda acerca de la experiencia traumática de dos seres humanos a los que el entrenamiento no les eximió de ser falibles

Abre también el debate sobre las decisiones que uno toma en situaciones extremas, aunque supongan la ruina de otro. Hay que estar ahí para saber qué es lo mejor, y no se emiten juicios de valor. Pero lo más impresionante es la travesía final de Joe, la determinación por seguir vivo y esas pequeñas herramientas mentales que le ayudaron a conseguirlo. Puede que no sea un documental para todos los públicos; no faltará quien diga que para qué demonios se meten en ese berenjenal y que se lo buscaron. Me sobran. Quien disfrute con las experiencias verídicas, humanas, sinceras...tiene que ver este documental. Y si además le gusta la montaña entonces lo va a gozar todavía más.