Cine de época que va a otro ritmo, que lo fía todo a la fotografía, la parsimonia y los matices de color. No he conseguido enterarme bien de su argumento porque tanta sobredosis de belleza visual me ha narcotizado. Literalmente, han sido como una hora y tres cuartos de sesión de mindfullness.

El apartado técnico es incontestable. Fotografía alucinantemente hermosa (aunque no entiendo el formato 4:3, hubiera lucido más en formato panorámico), contrastes de color que dejan boquiabierto, bellísimos exteriores. Y también lentitud exasperante, planos eternos y escenas que terminan sin que parezcan tener que ver con las siguientes. Si, parece que este describiendo un salva pantallas de ordenador.

La recreación histórica es encomiable, los vestuarios, el diseño de producción... Lo que me cuesta creer que es en la China medieval hablaran tan poco, parece que les cueste dinero abrir la boca. Lo siento, no he sido captado por esta manera de hacer cine.