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Voto de KlingonCome:
7
Thriller. Drama Becky es una chica que es detenida en su jornada laboral, acusada de robar dinero de la cartera de una cliente en el restaurante de comida rápida en el que trabaja. Con este arresto comenzará una pesadilla para ella y los que la rodean, y se pondrán a prueba los límites de la prudencia, la legalidad y la docilidad ante la autoridad. (FILMAFFINITY)
10 de noviembre de 2020
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Película terriblemente incómoda de ver que narra unos hechos reales que, por mucho que sepamos que realmente ocurrieron, nos hace preguntarnos si de verdad es posible que tales cosas ocurran. Un bromista sin escrúpulos llama a un establecimiento de comida rápida haciéndose pasar por policía y convence a su encargada de que una de sus empleadas ha cometido un delito. Con elocuencia y dominio de la conversación consigue, sin tener que demostrar nada de lo que dice, que ciudadanos normales se conviertan en poco menos que torturadores.

Aunque surge cierta lógica extrañeza, no se pone en cuestión la palabra de la -supuesta- autorizad, ni por parte de la encargada ni por el resto de los personajes implicados. Incluyendo la propia víctima, que obedece sus dictados por miedo a empeorar las cosas. Todos están más preocupados de hacer "lo correcto" -esto es, lo que les dice ese falso agente de la autoridad- que en preguntarse si lo que les pide atenta contra la dignidad más elemental. Me recordaron a los funcionarios rasos del régimen nazi que se defendieron en los juicios de Nüremberg alegando la tan traída "obediencia debida" a sus superiores jerárquicos. Cuando deshumanizas al otro eres capaz de infligirle los peores males; y más si tienes la coartada moral que te otorga recibir órdenes de una autoridad.

La empleada sufre humillaciones cada vez mayores sin que ninguno del resto de intervinientes sea capaz de oponerse a las cada vez más absurdas peticiones del policía fingido. Las reacciones de los compañeros van desde la sumisión acrítica al egoísmo individualista del "no es asunto mío" para evitarse problemas. La deriva es desquiciante, te crispa los nervios que haya gente con tan escaso sentido crítico como para dejarse empujar a cometer actos degradantes solo porque una autoproclamada "autoridad" se lo pida. Pero sí, tienen la historia real en Wikipedia y el vídeo del circuito cerrado del local en Youtube. Y no fue el único caso. Da miedo pensar en una sociedad compuesta por individuos así.
KlingonCome
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