Me pareció una, más que aceptable película bélica, a la que quizá le sobren pretensiones mas si la vemos, sólo, como una de guerra, está bastante bien. Una de guerra donde los combates están realizados con talento; donde se vislumbra la agonía del soldado de infantería, la crudeza de la batalla, y el delirio de la conflagración.

Quizá resulte demasiado angustiosa, quizá la idea original, que es bastante buena, no alcancé totalmente un desarrollo adecuado. Pero sí describe bastante bien, y nos cuenta; esa historia, tan poco conocida, sobre los indios navajos que fueron utilizados como operadores de radio por los marines en las operaciones en el pacifico durante la segunda guerra mundial, debido a que usaron su peculiar lengua como clave. Y en este contexto se plantea un dilema moral, sobre una base que no sé si es verídicamente histórica (eso que lo diriman los historiadores, yo sólo fui a ver una peli), pero que en cualquier caso nos debería hacer reflexionar. Reflexión que llevan a cabo dos curtidos marines, que deberán poner a prueba su eterno dilema, entre lo correcto y la lealtad a la ciega obediencia.

Nicolas Cage, por mucho que se haya criticado su actuación en esta cinta, creo que realiza una muy buena actuación, unos de sus mejores trabajos en muchos años; sobre todo después de verle arrastrase, por tantos papeles, en tantas malas películas. En cambio, en cuanto a Christian Slater le hallo aquí bastante acartonado, sin cambiar de gesto, ni de sonrisa, durante todo su metraje. En cuanto a los actores que hacen el papel de soldados navajos, Adam Beach y Roger Willie, le prestan convicción y credibilidad al argumento (de hecho creo que el segundo es un autentico indio navajo). El digno contrapunto femenino lo pone, Frances O'Connor, cumpliendo con gran profesionalidad en un papel que no le da mucho juego, en una película, he de reconocer, demasiado encaminada al gusto del público masculino.

Reconociendo que dramáticamente no es perfecta, sí es bastante descriptiva y correcta bélicamente hablando.