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Voto de Plácido Eldel Motocarro:
8
Ciencia ficción. Intriga. Fantástico Hannon Fuller, un magnate de los negocios y empresario emprendedor, muere en extrañas circunstancias. Su amigo y mano derecha, Douglas Hall, se ve lanzado a un mundo de crímenes y decepciones, llegando a descubrir que Fuller llevaba una peligrosa doble vida que se movía entre dos mundos paralelos: uno en 1937 y otro en el presente... (FILMAFFINITY)
27 de mayo de 2021
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cómo no iba a salir mal un experimento realizado en la planta trece. Pero éste sea quizá el único inconveniente, y sólo para los supersticiosos, de esta magnífica película, de esta pequeña joya oculta. Una de esa cintas en que las distribuidoras no confían demasiado y no se molestan en publicitarlas, ni difundirlas, con la profusión que hacen con otras.

La idea original de la novela de Daniel Galouye es formidable, y su desarrollo, a través del relato en la filmación, es intrigante y fascinador, imbuyendo al espectador en su pulso de ritmo medio, sosegado pero continuo, sin pausas ni rodeos, directo y siempre al grano, hasta alcanzar su clímax y su sorprendente final.

Más allá de su argumento que en resumen es el que sigue: en una empresa de alta tecnología se desarrolla un innovador videojuego en el que su creador se ha convertido en adicto a él y en el que, además, ha descubierto una terrible verdad. A partir de aquí se inicia una trama en la que entre la realidad y un juego de gran realismo en el que cada jugador tiene su propio alter ego, se suceden los asesinatos y las sospechas. Pero había comenzado el párrafo con más allá de su argumento, y efectivamente más allá de su argumento nos encontramos con muy adecuados decorados y localizaciones, con una muy buena reconstrucción de los años treinta y con escasos efectos especiales pero suficientes, tan sencillos como efectivos, hechos con pocos medios pero muy inteligentemente aprovechados.

No hallará grandes estrellas entre sus intérpretes sino actores en su mayoría poco conocidos a excepción, quizá, del actor alemán, Armin Mueller-Stahl, y del eterno recluta Patoso de “La chaqueta metálica”, Vincent D'Onofrio (también, “Men in Black”), pero hay que destacar el serio trabajo que realiza el primero y el muy dual del segundo; sin olvidar el de la actriz protagonista, la entonces bellísima Gretchen Mol. Ésta junto a Craig Bierko (quizá en el mejor papel de su carrera) entre, un inadvertido pero adecuado acompañamiento musical, nos envuelven en bellas y tiernas secuencias donde la mutua atracción entre ambos desborda la pantalla con planos en donde se degusta su química como en el sabor de una sopa de sobre que procediese de Chernóbil. Y completa el elenco principal, Dennis Haysbert, en el papel del sagaz detective que sirve de nexo entre distintas tramas que se entrecruzan.

Un largometraje que ofrece mucho más de lo que en un principio uno espera obtener de él y el, cual, no consideraría como una serie B sino como una estupenda película que seguramente si en vez de tener una música simplemente excelente ésta se hubiese elevado en medio diapasón más mostrándose así excepcional, o si hubiese ahondado más en la indudable dualidad a la que se prestan sus personajes; estaríamos hablando de algo más que de una buena película y pude, y sólo puede, que lo estaríamos haciendo de una obra maestra.
Plácido Eldel Motocarro
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