No me gustan los musicales, ni las películas románticas. Suelen aburrirme, así que directamente los ignoro. Sin embargo, debido al éxito de crítica y público de esta película decidí arriesgarme a verla, aun temiendo llevarme una decepción comparable a la de Birdman: típica película buena técnicamente, pero diseñada para agradar a la crítica especializada, a los gafapasta y a los del mundillo artístico. Sin embargo he de admitir que esta película es de lo mejor que he visto en el cine reciente. Muy buenas interpretaciones (para mí el mejor es Ryan Gosling, que pese a no ser tan buen actor como Emma Stone representa un personaje algo más trabajado), excelente banda sonora y, ante todo, un guión mucho más profundo y con más reflexiones de lo que esperaba. Algunas de ellas se circunscriben al ámbito de la música y el cine, pero otras pueden extrapolarse a cualquier ámbito de la vida. Lo único mejorable en mi opinión es el comienzo de la película, con excesivos tópicos y una actitud infantilizada de muchos de sus personajes. Sin embargo pronto comienza el retrato realista de la sociedad, en concreto del submundo del arte y el espectáculo, y lo logra de una forma magistral. El final, por cierto, sorprendente y muy agradable.