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España España · Madrid
Voto de loganxxx:
8
Intriga. Drama La percepción de la realidad de una actriz (Laura Dern) se va distorsionando cada vez más. Al mismo tiempo descubre que, quizá, se está enamorando de su partenaire (Justin Theroux) en un remake polaco inconcluso y supuestamente maldito. (FILMAFFINITY)
8 de marzo de 2007
11 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tratar de valorar “Inland Empire” desde el punto de vista del cine habitual es completamente imposible. Lynch ha superado ya la frontera de la narrativa lineal y se ha adentrado en terrenos que pertenecen más a las imágenes extraídas directamente del subconsciente. Si “Mulholland Drive” despistaba precisamente por narrar de forma lineal la parte onírica y de forma onírica la parte real, “Inland Empire” se lanza de bruces a lo abstracto desde el primer fotograma y no da la más mínima tregua al espectador. Aquí nada es lo que parece.

Que nadie trate de entender la historia porque no la hay, o por lo menos no la hay en el sentido tradicional del término. Las leyes de la narrativa clásica han sucumbido a lo simbólico, y las pocas partes de la película que parecen narradas en un tono habitual no son más que pistas para identificar los símbolos de Lynch; símbolos que, perdidos en una maraña de imágenes rodadas con una maestría y una técnica deslumbrantes, brillan como tenues faros en la niebla capaces de provocar en el espectador la curiosa sensación de que, detrás de tanto caos, hay cierto orden. Ahora bien, un orden que pertenece más al mundo de las sensaciones que al de los hechos; sensaciones que se ven acrecentadas, además, por el continuo esfuerzo intelectual (inevitable e instintivo) que para el espectador supone tratar de hilvanar de algún modo tanta confusión. Al final no importa lo que se ha entendido, sino lo que se ha sentido: angustia, desorden, confusión, miedo...

Temas recurrentes en Lynch como la aceptación de la identidad, la degradación del individuo debido al éxito o el solapamiento de realidades y la mezcla de lo ficticio y lo real adquieren en esta película una dimensión nunca antes alcanzada. El tiempo y el espacio pierden sentido y los personajes saltan de un momento temporal a otro y del mundo real al imaginario de forma arbitraria, casi demencial, pero con una lógica intrínseca que roza la obra de arte visual y fascina de forma intensa y casi hipnótica.

Seguro que posteriores visionados de la película harán encajar mínimamente las piezas del puzzle, como ya ocurría en “Mulhollan Drive”. Y al final el resultado no será una historia lineal, sino atisbos de la fragmentada y atormentada psique de la protagonista, de sus miedos, sus traumas y sus angustias.

“Inland Empire” es un fascinante viaje a ese Imperio Interior del subconsciente. A ese lugar que sólo visitamos en nuestros sueños más inquietantes, cuando afloran los deseos y las necesidades más internas de cada uno. En la película, sensaciones como el miedo, la culpabilidad o la represión adquieren formas físicas oscuras e iluminadas por penumbras obsesivas, o se materializan en personajes deformes y con actitudes casi histriónicas. Olvídense de cualquier otra perspectiva porque saldrán del cine muy cabreados.

Pero los que quieran echar un vistazo a las dimensiones más abstractas del pensamiento, no duden ni un momento.
loganxxx
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