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Argentina Argentina · buenos aires
Voto de augrap:
8
Drama Narra la historia de Don Diego de Zama, un oficial español del siglo XVII asentado en Asunción que espera su transferencia a Buenos Aires. Es un hombre que espera ser reconocido por sus méritos. Pero en los años de espera pierde todo. Decide atrapar un peligroso bandido y recuperar su nombre... Basada en la novela existencial de Antonio Di Benedetto escrita en 1956. (FILMAFFINITY)
28 de febrero de 2018
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con sus más de 40 años en el lomo, Aguirre, la ira de Dios, del mítico Werner Herzog, sigue siendo a mi ver y por mucho la mejor película jamás hecha sobre la conquista de América por los europeos. Poco importa que hablen alemán y que nos movamos entre la realidad y la ilusión, en muchos planos, durante el film. El espíritu de la conquista está plasmado como nunca antes, o después. La locura, ambición y crueldad sin límites de la conquista española, se fue transformando con el tiempo en un sistema. Un sistema también cruel y abyecto, pero burocrático, extraordinariamente ineficiente y que acompañaría el propio declive de España hasta que las Colonias se rebelaran. Zama, quedando unos cuantos pasos atrás de la genialidad de Herzog, tiene sin embargo igual que éste la rara virtud de transmitirnos de manera absolutamente creible el espíritu, ahora, de esa colonia miserable, inepta y sin ilusiones. Quienes ahí moran parecen solo esperar la oportunidad para regresar a la "madre patria" con una diferencia en contante que les permita una vida mejor. Poco parecen entender, querer y querer entender de las Américas y sus habitantes. Con una reconstrucción de detalles en modos y vestuario extraordinarios, Martel vuelve a exhibir su cine más hecho de lo que no se dice o no se ve que de lo que se expone. Ejemplo de la antípoda de Hollywood. Lejos además de clichés y estereotipos de los europeos, de los pueblos originarios y de los esclavos africanos. Todos viven en una sociedad injusta y de castas pero las relaciones son complejas y no siempre las esperadas. Es cierto que por momentos, sobre todo en la primera mitad del film la propia espera del protagonista puede llegar a exasperarnos y que tal vez Martel debiera haber sido un poco más gentil con los espectadores. Cuesta al principio entablar empatía con este empleado mediocre y engancharse con lo que sucede. Basta, sin embargo, dejarse llevar por el clima que crea la directora y puede parecer que uno se ha trasladado al siglo 18. Superada esa situación, la caída paulatina del protagonista cada vez más marginado y ninguneado nos llevará a esa hora final soberbia. No recomendable para quienes busquen el producto enlatado y previsible de Hollywood.
augrap
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