En las guerras nadie gana, todos pierden. Si bien hablé en la película "El hundimiento", de cuánto se merecían los alemanes un final cruel, sobre todo Hitler y sus seguidores, he podido comprobar con tristeza que no todos ellos merecían pagar sus errores. Al final de la guerra, por desgracia Hitler llamó a filas a los miembros pertenecientes a las juventudes hitlerianas. No quedando soldados de más edad, mandó a combatir a éstos. Eran sólo unos niños, todos menores de edad y algunos no alcanzaban ni los catorce años. Esta película rinde homenaje a ellos. Al triste paradero que les deparó el destino, una vez terminada la guerra, ya que fueron ellos casi los únicos soldados alemanes que sobrevivieron. A la crueldad con la que pagaron las consecuencias de un dictador al que seguían la mayoría de ellos sin ser conscientes de por qué o simplemente porque fueron obligados. Magnífico film, con una gran historia que contar, grandísimas interpretaciones y una sensibilidad que eriza la piel. Sin duda una gran película, totalmente necesaria, para quien (como era mi caso), nunca se había puesto a pensar en la otra cara de la moneda.