Que apesta se sabe a la legua, pero uno se siente verdaderamente frustrado cuando descubre que no hay ni un solo chiste salvable. Las escenas son monotoníísimas, y parece mentira que este producto de encefalograma plano se haga hasta largo. Después de una escena de carreras con salto a cámara lenta, viene otra con el mismo coche y el mismo salto, calcada a la anterior.

No entiendo quién le dijo al protagonista de Jackass que podía pasarse al cine. Por su parte,
el papel de compinche buenorra que aporta su físico al plan nunca pudo resultar más cargante: La pobre Jessica Simpson tiene que repetir una y otra vez sus escenas de calentorra luciendo palmito ya que parece que se dejo las cualidades interpretativas en su jugoso videoclip country, la piel se la han puesto como a Naomi Campbell y la peluca directamente recortada de la Barbie, no debieron dejarla salir de su casa para hacer semejante ridículo.

Al que no debieron dejar salir de la tasca es a Burt Reynolds, en lo único que se esmeraron fue en combinar el color de sus dientes con el de su peluquín, porque el hombre de Don Limpio me transmitía más.

El 90% de la película se encuentra literalmente infectado por canciones guitarreras que hace que los oidos te den más vueltas que los neumaticos del coche y que tu máxima aspiración sea darle al stop e ir a por una aspirina. El tipo que dió luz verde a este producto debe estar en búsqueda y captura.

Lo mejor: saltar alguna escena que otra.
Lo peor: picar