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España España · Cadiz
Voto de Lusapo:
6
Fantástico. Comedia. Infantil Charlie Bucket (Freddie Highmore), un niño muy bueno de una familia muy pobre, gana un concurso para disfrutar de una visita de un día a la gigantesca fábrica de chocolate del excéntrico Willy Wonka (Johnny Depp) y su equipo de Oompa-Loompas. Cuatro niños más de diferentes partes del mundo lo acompañarán a través de un mundo fantástico y mágico lleno de diferentes sabores.
28 de setiembre de 2011
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Burton junto a August y Dahl nos invitan a pasar dos horas que, a priori, parece que serán un divertidisimo y genial delirio creativo e imaginativo de los que sólo parece capaz este director (o al menos capaz de que se lo produzcan). Y digo a priori porque la construcción del relato sobre la vida cotidiana de Charlie Bucket (una vida pobre en cuanto al capital pero millonaria en cuanto al amor familiar) crea un delicioso clima de fabula que recuerda por momentos a la estupenda "Eduardo Manostijeras". En sólo diez minutos, Burton ya nos ha atrapado a la historia de ese niño angelical que sueña con visitar la fábrica de ese ser cuasi místico llamado Willy Wonka.

Por eso, el momento en el que se abren las puertas de la fábrica, para dejar entrar al bueno de Charlie y a los otros cuatro (todos odiosos y estereotipos de niños consentidos) la película alcanza, para mí, el momento cumbre. Y claro, si eso sucede a la media hora de película, es difícil que lo que nos enseñen dentro de esos muros, por muy imaginativo, sorprendente y delirante que sea, alcance a cubrir las espectativas que nos hemos marcado durante esa primera media hora. Y eso que a pesar de mi escepticismo incial hubo un momento en el que pensé, oye, parece que Burton lo va a conseguir, va a colmar, e incluso a superar las espectativas (los Oompa-loompa son divertidísimos, y toda esa maquinaria para hacer golosinas).
Pero conseguir esto y no descuidar la trama, les supuso un malabarismo demasiado complicado que ni Burton ni los guionistas consiguen. Porque si lo que se descubre dentro de la fábrica, como ya he dicho, es divertido y original, no es menos cierto que ese interés que nos había creado, con toda la tensión y la intriga del primer acto disminuye, hasta el punto de (y que me perdonen los "burtonianos") aburrir en algunas secuencias.

Es en esos momentos cuando da la impresión de que hubiese existido (que no lo sé) un conflicto entre Roald Dahl y el guionista John August, en el que uno quisiera contar la historia fiel al relato original, y el otro quisiera salvar el guión y la película. Algo que podría extrapolarse a ese conflicto interior del personaje de Johnny Depp, Willy Wonka, y que nos remite a la traumática relación con su padre dentista (interpretado por Christopher Lee). Un conflicto que no está en el relato original de Dahl y que John August parece decir, "si funcionó en Big Fish (por el que ganó varios premios de guión adaptado) por qué no iba a funcionar aquí también".
Desde entonces este pastiche paterno-filial, resuelto de manera infantil y apresurada, intenta ser el recurrente que nos mantenga quietecitos en nuestra butacas (porque de Charlie, que sólo mira y pregunta cosas inteligentes al señor Wonka, nos olvidamos hasta casi el final del segundo acto). No desvelaré nada del final si digo que el tercer acto tampoco consigue remontar el vuelo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Lusapo
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