Sí, ya sé que habrá quien tan solo con el título de la crítica ponga el grito en el cielo pero hay que ser realista.
El argumento es bastante simple: un periodista entrevista a la ex primera dama, que cigarrillo en mano, le cuenta sus recuerdos y los detalles sobre aquel día, así como los preparativos para el funeral y las decisiones que tuvo que tomar.
Natalie Portman es una de mis actrices favoritas, y eso fue lo que me convenció de ir a ver una película de la que ya sabemos casi todo o todo por la historia real. Me guiaba el afán de conocer más de cerca a esta pareja, cómo se conocieron, su ascenso al poder e incluso los escarceos amorosos del "Mr. President" y como aquello afectó a Jacqueline, su muerte y los días posteriores. Bien, el que tenga intención de conocer algo más de lo que todo el mundo sabe...que no la vea, porque realmente no aporta nada nuevo.
Portman cumple su papel de primera dama compungida, su interpretación es correcta aunque claro, tampoco daba para mucho más la trama. ¿De verdad? ¿De verdad hay que creerse lo que la película muestra? ¿Era una esposa abnegada que tras la muerte de su marido (a pesar de sus escándalos) no sabía ni como actuar? La mujer que nos presentan no llega a tener el carácter que nos ha llegado o que cabría esperar.
El argumento se vuelve tan tedioso y carente de interés que provocó los bostezos de la mayoría de la sala (incluso algún ronquido). Hubo momentos en los que parecía que no acabaría nunca, con una concatenación de escenas sin sentido y sin explicación que no hacían sino despistar y alargar en demasía lo que ya se estaba haciendo infumable. Una película de estas características no debe causa somnolencia, debe emocionar, atrapar y trascender.
En conclusión, los actores están correctos en sus papeles y Portman se esfuerza por darle vida a su papel. Lo que falla indudablemente es el guión y una banda sonora que no conmueve, más bien asusta.
[Más en spoiler].