No entraré a valorar los méritos cinematográficos que pueda tener esta, para mi, bastante correcta película de ciencia ficción, pues por mucho que me esfuerce jamás podré separar el momento en el que la vi de la película en si misma. Y es que sin duda fue lo más bizarro que me ha pasado nunca en un cine.
Cine Coliseum, última sesión. Poco menos de una hora de proyección y de pronto la imagen se congela. Se enciende la luz. El respetable calla esperando a que se subsane el problema. La cosa tarda, pero al fin se apagan las luces y empieza la peli. Y digo empieza porque literalmente empieza otra vez después de cuarenta minutos de película, y francamente, ya es lo suficientemente larga como para volver a tragarse a Jodie Foster escuchando pitiditos otra vez, así que la gente se mosquea y empieza el barullo. Se para la película, otra vez a esperar. Quince minutos después el proyector se pone en marcha... ¡Otra vez desde el principio! La cosa ya parece cachondeo.
Algún espectador con iniciativa sale al descansillo a protestar, y ante su sorpresa no encuentra a nadie en la sala, ni un solo acomodar, ni la chica del bar, ni respuesta alguna desde la cabina de proyección... aquello es un cine fantasma. La gente empieza a levantarse de sus butacas. Al final nos juntamos veinte o treinta personas fuera, reclamando la presencia de algún responsable, pero allí no aparecía ni Cristo(pher lambert).
No se quien empezó el saqueo, desde luego no fui yo, pero el caso es que alguien salto la barra del bar y se sirvió palomitas y refrescos a discreción. Yo y mi colega nos miramos incrédulos, y tras dos segundos de dura deliveración seguimos a la turba al bar y arramplamos con palomitas y refrescos (tamaño familiar por supuesto) Nos sentamos en nuestras butacas, con las luces encendidas y la pantalla en blanco, pero bien pertrechados de palomitas gratis, que saben el doble de buenas.
Al poco alguien grita "¡Que vienen!" Eran dos seguratas. Todos pensamos que venían a poner orden en la revuelta, pero no, el saqueo del bar les traia al pairo, su misión era recoger el dinero de las entradas. La gente entra en cólera y los seguratas prometen la pronta presencia de algún responsable. A la media hora efectivamente alguien hace acto de presencia y la peli empieza otra vez... ¡Desde el principio! A los que no queríamos volver a verla nos dieron entradas para otro dia (¡?) Y a casita cenados pero sin ver como la Foster entabla contacto...
Volví al cine una semana después, y no paso nada, la peli no se corto, no hubo gritos, ni abucheos, ni saqueos ni nada de nada... así que bueno, se puede decir que me aburrí un poco, todo demasiado convencional, aunque supongo que no fue culpa de Jodie y compañía. Y es que no hay película que pueda competir con una buena revuelta popular