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España España · Valencia
Voto de Cineycine:
8
Aventuras. Comedia El tímido empleado de una editorial consigue evadirse de su gris existencia imaginando que es el protagonista de grandes aventuras; un día, su sueño se hace realidad cuando conoce a una misteriosa mujer que le implica en una peligrosa misión... Remake de ‘La vida secreta de Walter Mitty’ (1947), película dirigida por Norman Z. McLeod e inspirada en un relato de James Thurber. (FILMAFFINITY)
7 de julio de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
No cabe la menor duda de que este film fue una de las sorpresas más agradables del año 2013 y una de esas películas idóneas para fechas tan concretas como las navideñas. Ben Stiller nos regaló un sensacional film que dejó en pañales al clásico de Norman Z. McLeod en todos los sentidos. En este sentido, Stiller hizo un uso inteligente de los nuevos recursos y medios actuales recurriendo a ellos para recrear un mundo de ensueño plagado de escenas maravillosas y llenas de fuerza y grandeza que, sin miedo a admitirlo, quedarán para siempre en la retina del espectador. Y esto es algo que por motivos obvios no pudo darse en el film de 1947, más orientado hacia la comedia en detrimento del desarrollo visual de las hermosas fantasías que tenían lugar en la compleja mente de nuestro protagonista.

Con esta propuesta Stiller no sólo propuso un soplo de aire fresco a la cartelera, sino que además nos ofreció una película que no fue otra cosa que un auténtico “bocado de caviar” para nuestros ojos, y donde elementos tan dispares como el romance, la fantasía, la ilusión, la aventura y, sobre todo, el bello surrealismo retratado en pantalla de forma magistral, se unieron formando un “todo” que nos erizará el pelo y nos hará replantearnos muchas cosas sobre nuestras propias vidas. Precisamente esta es la cuestión que Stiller pretende enviarnos a través de un personaje con el que es sumamente sencillo identificarse, quizás porque sufre los mismos miedos que nosotros: ¿realmente estamos luchando por lograr aquello que queremos, o estamos dejando que nuestros sueños nos invadan sin que hagamos nada por hacerlos realidad? ¿Buscamos refugio de nuestros problemas en nuestra propia imaginación, sin encontrar el valor suficiente para afrontarlos en la vida real?

Un sensacional Ben Stiller (que cada vez demuestra que se trata de un actor mucho más polifacético de lo que la industria le deja manifestar) nos coge de la mano para hacernos volar con él al interior de su imaginación y hacernos ver con un sentimentalismo aplastante que la única salida de su personaje es su mente, pues en ella no tiene cabida el fracaso, ni el rechazo, ni la decepción… sino el heroísmo, el éxito y la perfección. Aunque la película da un inesperado giro cuando, por una serie de circunstancias, Mitty se ve obligado a emprender una aventura inigualable que hasta ese momento sólo era capaz de experimentar dentro de sus sueños a la luz del día. Es en este segundo acto de película cuando Stiller da rienda suelta a su excelente uso de la cámara y sentido de la grandeza al meternos de lleno en una aventura descomunal que le llevará a Groenlandia, Islandia y Afganistán en busca de un personaje esencial en la trama (un estupendo Sean Penn).
Precisamente es en esta fase de la película, menos enfocada a la imaginación y más orientada al sentido de la aventura real, donde la misma se convirtió en uno de los referentes del año en lo referido a escenografía y apartado visual, atención a los bellos exteriores, los majestuosos escenarios, la hipnotizadora fotografía y las secuencias con las que Stiller nos deleitó minuto tras minuto.

En definitiva: Para saborear la película en todo su esplendor, simplemente déjense llevar por ella, hagan volar su imaginación del mismo modo que lo hace nuestro protagonista y disfruten de una hipnotizadora historia plagada de valores, de belleza y de personajes geniales que no harán sino replantearnos nuestras vidas. Porque los sueños son para vivirlos y no para soñarlos…

-Lo mejor: La dirección e interpretación de Stiller, una narración basada en increíbles imágenes, la capacidad del film para mutarse en una maravillosa propuesta multigenérica... pero sobre todo, su escenografía y apartado visual: desbordantes.

-Lo peor: Aunque no se trate de un problema de la película, al tratarse de una historia que se sale de lo rutinario y lo común, es posible que no logre atrapar por completo al espectador que no se deje llevar por el entusiasmo que desprende Stiller.

-Más en: www.cineycine.com
Cineycine
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