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España España · Valencia
Voto de Cineycine:
9
Drama. Thriller Unos delincuentes de poca monta deciden atracar la sucursal de un banco de Brooklyn. Sin embargo, debido a su inexperiencia, el robo, que había sido planeado para ser ejecutado en apenas diez minutos, se convierte en una trampa para los atracadores y en un espectáculo para la televisión en directo. (FILMAFFINITY)
16 de agosto de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
‘Tarde de perros’ es (y será si aún no la han visto) una experiencia inolvidable. Y Sonny Wortzik pasará a ser uno de sus personajes de cabecera. Gigantesca recreación de Al Pacino que nos regala 120 minutos de clase ejemplar. De hasta donde es capaz de mimetizarse un actor con el rol que está llevando a cabo. El Pacino que todos conocen (o creen conocer) desaparece por completo para transfigurarse en un personaje in-memorial, surgido de la mente de un genio del oficio. Derrochando espontaneidad, exhibiendo una innumerable sucesión de estados emocionales con sólo sus ojos, sin aspavientos, sin salirse de la sutileza del rol que ha adoptado… logrando que ya desde los primeros quince minutos de metraje tanto la gente que se agolpa a las afueras del banco, como los propios rehenes que están bajo su vigilancia, sientan un fuerte lazo de afectividad hacia él. Y ya ni te cuento el espectador que conforme avanza el film deja la lógica aparte, y poco le importa que Sonny tenga que pagar las consecuencias de sus actos ya que el lazo hecho con el público es tan fuerte y las razones tan puras, que la audiencia sólo desea que este consiga su propósito. Pacino se lanza al vacío en la que es una de las interpretaciones más arriesgadas y descomunales de la historia del cine.

Al lado de Al Pacino encontramos una retahíla de actores de enorme talento en el que es uno de los mejores repartos del cine de los 70s. Excelente balance entre veteranos del teatro y jóvenes prometedores que bordan sus papeles. Aquí tenemos a Charles Durning, John Cazale, James Broderick, Lance Henriksen (debutó en la pantalla grande con este rol, conseguido gracias a su amistad con Pacino y, por supuesto, a su talento como actor) o Chris Sarandon (también debutante en cines) en un rol vital y conmovedor. Una actuación tremenda por parte de un actor novel que dice mucho del talento de Sidney Lumet en la elección y dirección de actores.

Es obligado destacar también la magistral labor tras las cámaras de Sidney Lumet, un director vital dentro del séptimo arte y decisivo para entender la evolución del cine durante la década de los 60s y 70s. Su perfeccionismo en la dirección se juntó con el perfeccionismo de Pacino en la actuación y juntos lograron que los pequeños detalles visuales fraguaran la obra maestra que es esta película. Tanto en el plano visual (atención a su fotografía y, sobre todo, a su soberbio montaje) como en las situaciones propias de un robo pasando desde el síndrome de estocolmo de los rehenes, la sutileza y elegancia de Sonny para con ellos y que choca con su ininmutable animadversión hacia la policía a la que Lumet no libra de un retrato bastante ácido.

El libreto de Frank Pierson también fue grandioso y nos hablaba del poder de la Televisión (que en los 70s empezaba a estar presente en casi toda la totalidad de los hogares americanos y en color) como aparato manipulador de masas. Ese instante en que el repartidor de pizzas grita “ser famoso”, lo resume a la perfección.

En definitiva, 'Tarde de perros' es un clásico atemporal de la historia del cine, y al mismo tiempo una de las mayores demostraciones del hombre que se pone al servicio de los demás, personificado en Sonny Wortzik (Al Pacino), un joven que se creyó un mago capaz de impartir felicidad a todo aquel que estuviera en contacto con él, y que pensó que sus buenas intenciones podrían con la cruda realidad. El conflicto humano en pantalla. Una tragicomedia que se eleva a los cielos del género. Imprescindible y demoledora. Risas y lagrimas. Amor y coraje. La fatalidad condensada en un día cualquier de verano. Una masterpiece por derecho propio.

-Lo mejor: Todo. En especial un reparto de actores grandioso. El portentoso retrato del perdedor nato que se marca un Al Pacino inconmensurable. Que aún hoy mantenga su vigencia, cuando hace más de 30 años de su estreno habla por si mismo de su importancia. Imprescindible dentro de la filmografía de sus dos grandes baluartes: Sidney Lumet & Al Pacino.

-Lo peor: Nada.

-Más en: www.cineycine.com
Cineycine
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