La llegada de Red ha contribuido a alargar el debate sobre Pixar y si la compañía ha perdido su esencia o está resurgiendo. Más allá de si el film tiene el sello de la marca o no, es una lástima es que no haya llegado a cines y esté disponible únicamente para los suscriptores de Disney+, ya que es un título que merece la pena.

Uno empieza esta cinta creyendo –en parte debido al cartel– que está ante un producto infantil y la sorpresa es grande cuando descubre que la historia es mucho más sofisticada de lo que parece inicialmente. Y es que Red no es cuento para niños, sino que se trata de un maravilloso retrato de la adolescencia, dirigido a este público, tan maltratado a veces por tantos guiones de cine y televisión, y también al espectador adulto.

Domee Shi plasma el paso de la niñez a la madurez con mucho humor, ternura y honestidad, de manera que logra una representación divertida y certera a la vez. La importancia de la amistad –y la búsqueda de la seguridad en el grupo de iguales–, el descontrol de las emociones, el debate entre obedecer a la familia o a los compañeros y la confusión de los cambios a esa edad son algunas de las características propias de la etapa, que conforman una trama veraz y mágica.

El guion, aunque predecible –especialmente en el tercio final–, es coherente, transmite vitalidad y está estructurado para intercalar bromas, consideraciones y resoluciones de modo ágil. También contiene una cierta moralina bondadosa que ayuda a los más jóvenes a centrar la atención en el mensaje principal del largometraje. Hay que puntualizar que aborda ciertas materias, como la primera menstruación, de manera delicada y siempre con ingenio.

En cuanto a la parte técnica, poco hay que comentar, pues el estudio Pixar siempre es garantía de una animación de calidad. En este sentido, es curiosa la influencia del anime, que está presente en varias escenas de la película.

En definitiva, Red es una propuesta con mucho corazón que gustará particularmente a la audiencia adolescente femenina –pues está protagonizada por un grupo de chicas y contiene muchos guiños a ese universo de las boybands, los peluches, los diarios y las conversaciones colectivas dentro del baño–.

A través de un relato sencillo y unos personajes carismáticos y multiculturales, propone una reflexión acerca de encontrarse a uno mismo, evitar los juicios y aprender a gestionar los sentimientos, así como a mostrarnos tal cual somos.

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