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Voto de Revista Contraste:
6
Thriller. Acción. Comedia Cuando un grupo formado por los tiranos y las mentes criminales más malvadas de la historia se une para desencadenar una guerra que matará a millones de personas, un hombre tendrá que luchar a contrarreloj para detenerlos. Tercera entrega de la saga 'Kingsman', ambientada muchos años antes de las anteriores y explicando el origen de la agencia. (FILMAFFINITY)
30 de diciembre de 2021
8 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si Matthew Vaughn quería sorprender con la trama de esta precuela de la saga Kingsman que inició hace más de un lustro, lo ha conseguido. Cuestión aparte es que dicha sorpresa le sea rentable o favorable en las críticas cinematográficas.

Las dos películas que preceden a la que ahora se estrenan adaptaban un cómic de Dave Gibbons y Mark Millar. En ellas se asistía a un entretenido, vertiginoso y algo desbordado festival de acción y violencia, mezclado con humor y personajes que juntaban lo mejor (y lo peor) de James Bond, Ethan Hunt, Sherlock Holmes, Johnny English o Austin Powers.

The King’s Man: la primera misión mantiene ese espíritu de coctel añadiéndole, para sorpresa y desconcierto, una importante carga de mensaje antibelicista plasmado en algunas ideas muy interesantes, visualmente también, pero que no dejan de parecer coladas en una producción de este estilo.

En la primera parte del film, se concreta dicho mensaje dando a entender que la obra a la que nos enfrentamos va a ser claramente diferente de las otras de la saga. Se incluye también una suerte de clase de Historia simpática y muy pedagógica. Sin embargo, la irrupción del Rasputín en la piel del siempre soberbio Rhys Ifans nos devuelve, con su desagradable chabacanería y anacrónica simpleza, a lo ya visto en las entregas anteriores.

A partir de ese momento, el largometraje continúa por los mismos derroteros, alternando momentos de drama intenso y reflexivo (la descripción de cómo van muriendo los soldados de las trincheras se merecía mejor plataforma de difusión) con otros de violencia supuestamente humorística y decisiones, a todas luces, muy simplistas; aparte de que jugar con la Historia-Ficción es siempre un deporte de riesgo que no suele salir bien.

Además de lo dicho, supongo que un público ávido de entretenimiento y adrenalina puede responder favorablemente a la apuesta de Vaughn y la que suscribe no la ve como una mala opción para gastarse el dinero de la entrada. Tiene cierta elegancia (autorebajada por el propio guion), el elenco es espectacular, las más de dos horas se pasan rápido y los mensajes en pro de la paz nunca nos vienen mal.

www.contraste.info
Revista Contraste
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