Todo iba bien. Generaba una expectación como pocas. Márketing, publicidad...etc.
Llegué al cine. Sentado en la butaca con una ilusión infantil de ver por fin la película que llevaba tanto tiempo esperando. Me emocionaba viendo en el póster las dos caras de Spiderman, el lado negro y oscuro, y el lado rojo y azul que siempre le caracterizó.

Por fin empezó.

El comienzo es bueno, intentado explicarte el porqué de Sandman, las ilusiones de Peter Parker de formar una família y su odio interior hacia el asesino de su tío que aún le atormenta. Parecía la más adulta de todas. La mejor contada, la mejor dirigida, la mejor interpretada.
Pero todo se desvaneció cuando Peter pierde la cabeza (motivo en el spoiler) y se marca un baile por todo Nueva York y en el bar musical.
Que vergüenza pasé. No lo podía creer, que bajo había caído Per Parker. Una hora y media de sensacional espectación para nada.
Y ya al final cuando aparece con su tradicional pose y en el fondo la gran bandera americana que ocupa toda la pantalla es ya más hortera, la americanada no podía faltar, había que hacerlo sí o sí.

Sandman y Venom están perfectamente hechos, pero en el caso de Venom, podía haber salido un poco más en escena, ya que estaba en la cinta, ¿Por qué no aprovecharlo un poco más?

Lástima que por culpa de su útima tercera parte más o menos, se haya tirado por la borda más de una hora y pico de buen guión y de excelentes efectos especiales.