Magnífica película de ciencia-ficción dirigida por Peter Hyams, poco conocida y muy infravalorada.
El guión es bastante bueno, en una luna de Júpiter se encuentra una colonia minera, donde los obreros trabajan sin descanso bajo las cuerdas de una "fructífera" y poco humanitaria corporación.
Allí llegará el protagonista de la película, un Marshal veterano (magníficamente interpretado por Sean Connery), que se verá envuelto en una trama de corrupción, muertes y drogas sintéticas.
La ambientación de la película es perfecta, y los efectos especiales también, sin duda lo mejor de la obra.
Se notan las influencias de películas como Harry el Sucio y Alien, pero con mucha personalidad propia.
La película es entretenidísima de principio a fin, el metraje es el correcto y todo está en perfecta armonía.
Un auténtico clásico que ha envejecido muy bien y que posee calidad para dar y regalar.
Muy buena, imprescindible para los fans del género.