A pesar de ser mediocre, no es de mis peores westerns que he visto. Hay escenas que me han producido el extraño Deja Vu de haberlas visto antes 100 veces, pero para mí es problema no es la falta de originalidad, sino el narrador.

El arte del cine es contar una historia a través de imagen y diálogo. Un narrador que no aporte nada y que sólo te cuente lo que ya ves con tus ojos es ridículo. Parece que te toman por tonto. Por suerte no aparece demasiado.

En la película se muestran diferentes personalidades dentro del ejército, y a pesar de lo que dice el muchacho en un momento ("¡Que bien sienta estar del lado de los buenos!"), yo no encuentro a ninguna mala per se.

En cierto momento aparecen unos primeros planos algo sangrientos que me ha recordado al spaghetti western, pero lamentablemente sólo ha sido una visión fugaz.

En fin, ojalá el gran jefe Cochise haga pedazos a esos yankees cobardes y avariciosos.