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España España · Barcelona
Voto de rober:
9
The Missing Picture
2013 Camboya
Documental, Intervenciones de: Randal Douc, Jean-Baptiste Phou
7,1
1.184
Documental. Bélico Durante el régimen comunista de Pol Pot en Camboya (1975-1979), miles de personas fueron despojadas de sus tierras y forzadas a trabajar en campos agrícolas. La dictadura de los jemeres rojos ejecutó y torturó a cualquiera que le pareciera sospechoso de sedición. Los familiares del director Rithy Panh, quien escapó en su adolescencia de su país, fueron desapareciendo uno a uno. Para contar la historia de esta época, Panh buscó imágenes ... [+]
15 de abril de 2014
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pretender contar una historia mediante una voz en off, imágenes de archivo y planos de inmóviles muñequitos de barro no sólo supone una verdadera provocación para el espectador, sino que también puede parecer una cierta renuncia al lenguaje cinematográfico. Podríamos preguntarnos si las normas formales que Rithy Panh se autoimpone para hacer "La imagen perdida" hacen que el resultado final no sea cine, sino otra cosa.

Por mi parte, la conclusión tras esa reflexión es clara. "La imagen perdida" es cine, y del grande. El estilo es severo y austero, como la vida en el campo de trabajo de los protagonistas. Pero, a pesar de ello, la película resulta emotiva y conmovedora. Por supuesto, el film es una denuncia abierta a un régimen cruel e inhumano, un sano ejercicio de memoria histórica que para muchos de nosotros resulta, por desgracia, remoto en la geografía y en el tiempo. Pero, sobre todo, "La imagen perdida" habla de un extraño cóctel de superación y compromiso que seguramente se agita cada día en el cerebro de los supervivientes. Superación para seguir viviendo, a pesar de todo; compromiso para denunciar la atrocidad y honrar la memoria de todos los que la padecieron. De ahí la búsqueda de esa imagen que definitivamene refleje el sufrimiento infligido. Aunque la víctima, con el tiempo, haya aprendido a borrarla de su memoria.

La fuerza de la historia hace que el espectador se emocione sin necesidad de mostrar actos explícitos de crueldad. Basta para ello un adecuado montaje y una cuidada selección de imágenes. De todos modos, la construcción de escenas con los muñecos de barro es magistral y poderosa. Las figuras son extrañamente expresivas, y parece que van adquiriendo vida y dinamismo a medida que avanza el metraje. Todo ello hasta llegar a la última escena, absolutamente sobrecogedora, de las víctimas y las fosas, con la que seguramente el autor ha encontrado su imagen perdida. Brutal.

Muy recomendable, especialmente para aquéllos que aún recelan de los documentales.
rober
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