El mérito de "Sinister" está más en la forma que en el fondo. Es una historia bien rodada, con un Ethan Hawke notable que lleva sobre sus espaldas y con toda solvencia todo el peso de la película. Aunque el recurso del terror mediante pelis en Super 8 puede estar ya muy visto, aquí es un recurso muy bien traído. El proyector casi atemoriza más que la propia filmación. El suspense está muy conseguido, las tres o cuatro escenas de puro miedo son muy logradas, la música, la luz y la fotografía están muy cuidadas, y los sustos están bien traídos, sin trucos gratuitos y fáciles para engañar al espectador.

El problema es la historia. El planteamiento argumental ya es, de entrada, un poco tonto, y a partir de ahí el desarrollo de la trama hace que todo sea cada vez más inverosímil. Derrickson se centra en el personaje protagonista y deja de lado otras subtramas y personajes, seguramente porque él mismo se veía abocado a callejones sin salida. Es un poco cutre recurrir a un personaje como el encarnado por D'Onofrio, máxime cuando la solución final de la historia resulta más bien simple. El final es bueno por lo efectista y por lo bien rodado que está, no porque suponga un logro de guión.

En fin, para disfrutarla sin más pretensiones.