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España España · Barcelona
Voto de reporter:
5
Drama Un grupo de personas de la tercera edad asiste a un curso de sexo, en el que intentan hacerles ver que su cuerpo todavía está vivo. Olga, la profesora, para ayudarlos a hacer frente a los problemas derivados de la edad, les pondrá deberes: aprender a mirarse al espejo, dedicar 20 minutos al placer. “Sexo es vida- les dice- porque el sexo tiene que ver con las sensaciones, y no dejamos de sentir nunca”. (FILMAFFINITY) Preestreno: Festival de Málaga 2010. [+]
25 de junio de 2010
6 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
La idea de seguir las peripecias sexuales de unos cuantos ancianos puede parecer a simple vista un planteamiento que sólo busque la simpatía del espectador. Admitámoslo, aunque ver experiencias picantotas de gente de la edad de Pilar Bardem no esté en la agenda de casi nadie, en el fondo tiene su gracia ver a nuestro querido colectivo de la tercera edad enfrentarse a los problemas que parecen monopolizar las inquietudes de la juventud de hoy en día. Pero bajo esta aparente comicidad ligera, se esconde un retrato social bastante interesante.

Y es que no es casual que nuestros protagonistas decidan entregarse a los gozos carnales justo cuando están en la recta final de sus respectivas vidas. Al fin y al cabo hablamos de una generación que vivió esos casi cuarenta inacabables años de dictadura franquista, que impuso, entre otras cosas, la represión sexual. Es por ello que, una vez pasada la transición, con la democracia ya consolidada y en los tiempos del Ministerio de Igualdad (que parece tener las horas contadas) este colectivo ha podido recuperar el tiempo perdido en lo que al placer erótico se refiere.

Así, con una connotación seria pero sin perder la sonrisa en la cara se nos presenta el cuarto largometraje de Laura Mañá, tragicomedia coral que bebe del chiste fácil y de un costumbrismo afortunadamente poco cargante. No es de extrañar pues que esté más cerca de referentes pop modernos como el ‘Love Actually’ de Richard Curtis (que se manifiesta en diversos aspectos, como en la manera de orquestar las diferentes historias) que no de otros productos del cine patrio recientemente estrenados como podrían ser ‘Siempre hay tiempo’, de Ana Rosa Diego.

La lástima es que los paralelismos con la conocida cinta británica se queden sólo en los aspectos más formales, ya que el contenido no goza de la misma frescura y vitalidad (sin ánimos de entrar en el humor semántico). La cuestión es que ‘La vida empieza hoy’ termina siendo una película en la que se repite constantemente aquello de “una de cal y otra de arena”. Goza de un reparto de lujo que a pesar de cumplir con buena nota, se le podría haber exigido mucho más; tiene un puñado de buenos diálogos y situaciones, pero se percibe una más que evidente falta de aprovechamiento al no dejar huella ninguno de ellos (ni los más desconcertantes, como el de la masturbación compartida por abuelo y nieto que bien podría haber sido firmada por los maestros de la depravación Todd Solondz o John Waters).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
reporter
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