Accidentalmente Joseph conoce a Hannah, una mujer religiosa con la que inicia una relación extraña que no comprendemos. Paddy Considine, su director, pudiera pensarse que intenta mostrar la soledad más profunda, cuando has llegado a la edad madura rozando la vejez y no existe nada que reconforte.

Se aloja en el desahucio emocional de ese hombre violento, al que apenas le quedan anclajes. Es dura y desalentadora. Viaja por los insultos, las broncas, cuestionándolo todo. Cada uno de los personajes que la componen, son víctimas de sus propias carencias.

El mejor cine británico... Aunque, si estás atravesando un mal momento, no es la mejor opción para ocupar tu tiempo.