Un buen drama ucraniano sobre el turbulento interior de un pequeño niño que se ve envuelto en una sutuacion desesperante.

Tras la muerte de su abuela, Román un niño de nueve años, abandona Ucrania clandestinamente para reunirse con su madre Oksana en Alemania, allí trabaja ilegalmente como enfermera a domicilio. Emocionado por reencontrarse con su mamá, el niño pronto se da cuenta de que la mujer que cuidaba su madre murió y que ahora vive en casa del viudo Gert. A pesar de ser un buen hombre y querer acercarse al niño, Román reacciona mal y no quiere compartir los cariños de su madre por lo que le ve como un rival. Oksana actúa como mediadora y traductora de Roman, ya que desconoce el idioma. Todo se desmorona cuando la madre se enferma gravemente... 

El niño Yelizar Nazarenko interpreta fenomenalmente a Román su mal genio le lleva a crearse rivales, que en realidad no lo son, su único rival es él mismo. El anciano Gert que es diabético, se ve desbordado por el niño y tampoco quiere problemas al tener en su casa una familia de ilegales, por lo que comienza a actuar con algo de mala fe. La madre la ingresan en un hospital con lo que parece ser una peritonitis.

Todo este cóctel molotov explota cruelmente, pero también resulta esperanzadora la idea de la posibilidad de una nueva vida en Europa.

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