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España España · TERUEL
Voto de AFRI:
9
Drama. Romance Carmen es una adolescente gitana que vive en el extrarradio de Madrid. Como cualquier otra gitana, está destinada a vivir una vida que se repite generación tras generación: casarse y criar a tantos niños como sea posible. Pero un día conoce a Lola, una gitana poco común que sueña con ir a la universidad, dibuja graffitis de pájaros y es diferente. Carmen desarrolla rápidamente una complicidad con Lola, y ambas tratarán de llevar hacia ... [+]
8 de setiembre de 2018
39 de 53 usuarios han encontrado esta crítica útil
Carmen y Lola ha sido una de las películas más esperadas este año para Cineparatodas, así que no había que faltar al estreno que contó con una sala bien nutrida. Se cumplen todas las expectativas porque durante todo el metraje te cautiva. Aunque pudiera parecer la historia de primer amor adolescente mil veces contada, no lo es. El reparto se nutre de no profesionales seleccionado en un casting numeroso y bien cuidado. La elección de Zaira Romero (Lola) y Rosy Rodríguez (Carmen) como pareja protagonista, dotan a la película de uno de sus recursos más preciados: naturalidad y frescura. Del mismo modo que el padre y la madre de Lola, Borja Moreno y Rafaela León, brillan en un papel muy duro que les enfrenta con el amor que sienten por su hija y la vida que ha decidido vivir tan diferente a sus valores culturales. Con el magnetismo que garantiza el elenco y la naturalidad con la que se introduce la cámara en mercadillos, fiestas, culto y vida cotidiana estamos viendo una vida que no nos parece ajena pero que nos la narran desde el punto de vista de dos chavalas. El cine, pocas veces nos regala protagonistas mujeres, mucho menos protagonistas jóvenes no sexualizadas y lo que hay que agradecer es que sean de etnia merchera y gitana tan pocas veces visibilizadas. Seguramente uno de los milagros de la película, percibir su mundo con sus ojos y su voz. Ya estamos esperando la película en que sea una propia gitana o merchera la que se ponga detrás de la cámara y cuente la historia que desee. De momento disfrutamos con la creatividad y acierto de la directora y guionista que sale más que airosa con un punto de vista muy respetuoso.

El otro milagro es que el equipo creativo y técnico sea 70% de mujeres, como lo indica Begoña Piña. Una cinematografía donde en 2017 solo un 7% de las películas las dirigió una mujer, no se puede considerar con mirada diversa pero además si tenemos en cuenta que banda sonora, dirección de fotografía, producción y un largo etc., son femeninos estamos hablando de rara avis. Además el reparto también es mayormente femenino así como la perspectiva de la problemática. Una mirada que hace tanta falta en un cine masculinizado con uso y disfrute casi exclusivo del poder económico.

El universo que relata extremista en lo patriarcal en cuanto a temas de orientación sexual, lo hemos visto en otras películas como Disobedience. Sin embargo, Carmen y Lola vuela por encima de la película de Sebastián Lelio. Se acerca mucho más a la costumbre y realidad. De cualquier modo, la universalidad de Carmen y Lola trasciende y no cabe duda de que será una película de referencia. Nos identificamos con las dos jóvenes primero por la historia del primer amor y segundo porque cada ser humano ha sentido la incomprensión cultural en algún aspecto de su vida, que en el caso de orientación sexual puede ser muy crudo en espacios culturalmente ajenos pero bien cercanos a los de las protagonistas. También se percibe el pálpito de Mustang, con mujeres que se sienten sin aire y que la tierra quemada es lo único que las puede liberar. Se distancia de La vida de Adele, en la que coincide en la intensidad del primer amor pero no en la mirada respetuosa y no sexualizada de Carmen y Lola.

Destacar también también el papel de la mediadora cultural, Carolina Yuste, que hace que fluyan y encajen deseos pero que tiene una capacidad de maniobra reducida. Como actriz de profesión, encaja perfectamente en los diálogos y en su labor de enseñanza de los 150 actrices y actores noveles, consigue engarzar un equipo actoral en estado de gracia.

No se puede dejar de hablar del papel de la escuela y de la educación como promoción necesaria de las personas. El deseo de las familias por salvaguardar la cultura pero a la vez el deseo de vivir mejor hará que la educación se eleve como alternativa indiscutible. Lola se agarra a los estudios con todas sus fuerzas. No en vano, la escuela es uno de los escenarios que se repite unas cuantas veces y los diálogos sobre el valor de la escritura también.

Por último, tenemos una película valiente, realizada con imágenes muy poéticas donde se reasignan significados cinematográficos a muchas de ellas y que aún contando lo obvio, transciende, regalando un producto nuevo, contemporáneo y muy atractivo. Toca seguir a Arancha Echevarría y proponerla como película nominada a los Oscar 2019.
www.cineparatodas.wordpress.com
AFRI
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