Tenemos a Arthur, un hombre con problemas mentales, producidos seguramente a raíz de una dura infancia, que se gana la vida trabajando en las obras municipales regulando el tráfico.
Vive sólo, en un almacén abandonado, en un barrio conflictivo, excluido de la sociedad. Esta es la vida de Arthur de día, porque cuando cae la noche se convierte en una persona distinta, se convierte en "Defendor", ¿y quién es Defendor? pues todo un superheroe, eso sí, sin ningún poder especial. Su arma principal es una porra, que pertenecía a su abuelo, aunque cuenta con algún "truco" para sorprender a los villanos, como sus canicas y sus frascos llenos de abejas. Con todo este arsenal combate el crimen, siempre en busca de su archi-enemigo el "Capitan Industria".

Defendor, a primera vista podría parecer una "frikada" sin sentido, una de esas películas que no llaman la atención, pero lo cierto es que es un película con corazón, con una trama profunda y se merece una oportunidad.
Defendor, genialmente interpretado por Woody Harrelson, te va conquistando. Poco a poco te vas dando cuenta, que es sólo un niño, que no entiende el mundo que le rodea y que está asustado. Defendor es su coraza su forma de enfrentarse al ese mundo que le es tan hostil sin tener miedo.
Así, lo que en principio parecía una parodía del mundillo de los superheroes, se convierte en un relato de la vida de la vida de Arthur, desde su atormentada infancia hasta su afán por detener las cientos de injusticias que se le escapan de las manos, con su particular visión del bien y el mal.

Lástima que la pelicula se pierde mucho en las escenas de la mafía, todos los "villanos" están desastrosamente interpretados, y ni ellos, ni las situaciones en las que aparecen encuentran su sitio en la película quedándote al final, con la sensación de que no pintan nada allí.

En resumen, una película que deja un buen sabor de boca y cuando la termina sientes que viste algo diferente, que podría a ver sido mucho mejor.