Haz click aquí para copiar la URL
España España · barcelona
Voto de avanti:
9
Romance. Comedia Alvy Singer, un cuarentón bastante neurótico, trabaja como humorista en clubs nocturnos. Tras romper con Annie, reflexiona sobre su vida, rememorando sus amores, sus matrimonios, pero sobre todo su relación con Annie. Al final, llega a la conclusión de que son sus manías y obsesiones las que siempre acaban arruinando su relación con las mujeres. (FILMAFFINITY)
19 de junio de 2017
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Annie Hall (1979) es la radiografía de Alvy Singer (Woody Allen), un preocupado hombre adulto, humorista noctámbulo y sentimental mujeriego anclado en los recuerdos del pasado, fundamentalmente los relacionados con el amor y el sexo, falto de decisiones, cargado de dudas existencialistas, enemigo de las jergas de moda, de las langostas y de las fiestas sociales donde las conversaciones entre asistentes se resuelven con esquivas disculpas; características espléndidamente escritas en el guión que Allen escribió junto a su habitual colaborador Marshall Brickman, quienes nos ofrecieron un inteligente aperitivo con El Dormilón (1973) y con la premiada Annie Hall. Las bases para un largo y creativo trabajo entre ambos estaban reconocidas y consolidadas.

Desde su monólogo, el inquieto Alvy rememora en un largo flashback su relación con Annie Hall (Diane Keaton), convirtiendo al público en cómplice de su historia. con ánimo resignado nada edificante, intentando buscar solución a la pregunta sin respuesta: ¿Qué pudo fallar en la relación con Annie? A lo largo de las diferentes escenas Alvy se dirige al espectador con el afán de justificar la acción, el dialogo o la situación correspondiente en la creencia que él es siempre el perjudicado, sin darse cuenta que su inestabilidad emocional le hace dar pasos equivocados hacia la separación, no admitiéndolo, sí asumiéndolo, lo que ocurre con los diferentes intentos amorosos con mujeres a las cuales sus inseguros pensamientos las hacía rechazar por inexcusables motivos y sin razonables justificaciones, o lo que es lo mismo: su arraigo emocional con Annie le impedía progresar.

Robs (Tony Roberts) es el amigo consejero que siempre tenemos en algún momento de nuestras vidas, previniéndole sobre los beneficios que emocionalmente le pueden proporcionar un cambio de aires, conocer otros ambientes, asumir los fracasos de pareja, liberarse de falsos prejuicios, y viajar, aunque para un hombre de Nueva York, la propuesta le supone algún trauma emocional que pretende solucionar como mejor pueda y sepa, cruzándose en su camino personajes de muchas tipologías, siempre con intereses personales de poco o nulo apego emocional.

Los escenarios donde se resuelven los conflictos entre Alvy y Annie nos resultan familiares y urbanitas: la terraza de un bar, interior de un restaurante, largas calles con largos paseos integrando el entorno, la intimidad del dormitorio, el sofá del comedor, las indeseadas visitas a casas ajenas, los animados y cargados ambientes de las salas de fiestas, bares, restaurantes, espectáculos y tumultos de significativo agobio para un personaje que busca la relación necesaria con la pareja, sin otros complementos añadidos; socialmente rechazable, aunque emocionalmente suficiente para nuestro obsesivo Alvy.

Entre los motivos diferenciados de ambos por los que acordaron la ruptura podríamos citar: el creciente deseo de Annie por triunfar, expandirse, relacionarse y emocionarse con nuevas experiencias artísticas propuestas por Toni Lacei (Paul Saimon) que chocaban con los deseos menos ambiciosos de Alvy quien solo deseaba amar y descubrir, sentirse amado en la intimidad que le proporcionaba su relación con Annie en el entorno seguro de su vida privada y poco más frente a la historia de un desamor no solucionado.
avanti
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow