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España España · barcelona
Voto de avanti:
9
Comedia. Aventuras La vida en una isla al sur del Pacífico es casi perfecta para dos amigos ya retirados del ejército: pasan su tiempo en la taberna, lugar donde discuten, pelean y se liberan de la monotonía de la vida tropical. Y a este auténtico paraíso, llega una estirada bostoniana que busca a su padre. (FILMAFFINITY)
10 de abril de 2017
9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
El afán de John Ford en su vida fue hacer películas como oficio para vivir, sin otras pretensiones que pasar un buen rato con su trabajo, como nos muestra sobradamente en La taberna del irlandés (1963). Precedido por el amplio bagaje de su interesante filmografía, múltiples reconocimientos y más de cincuenta años de carrera cinematográfica, Ford no puede obtener otro resultado que el de considerarse imbuido por la inmaterialidad de cualquiera de los personajes tratados en sus historia, cuasi de forma coral entre significativos planos, tratando la cámara como un espectador más, centrando la acción en los personajes y no en los intencionados y sesudos movimientos de cámara que pudieran sugerir nada que no sea la pura imagen de acción, o la composición escénica que tanto le gustaba cuidar.

En Donovan's Reef, nos muestra, una vez más, la calidad en el tratamiento de sus personajes en el conjunto de su abundante filmografía: como el temperamental marinero Thomas Aloysius 'Boats' Gihooley (Lee Marvin), quien abre la acción con una buena zambullida rumbo a Haleakaloha en la Polinesia Francesa; el almirante colaborador Michael Patrick 'Guns' Donovan (John Wayne), el 'acomodado' gobernador de la isla Marqués André de Lage (César Romero) tratando de mejorar su eterno descontento por las primitivas formas de vida en las que le toca vivir, y el doctor William Dedham (Jack Warden) siempre alerta prestando sus servicios a quienes les acogieron en tiempos no muy lejanos, nos deja un reguero de carismáticos personajes propiciatorios para generar la colorida comedia que se cuece en el apacible paraíso, junto a unos jóvenes personajes imprescindibles para la evolución de los acontecimientos: Lelani Dedham (Jaqueline Malouf), Sarah 'Sally' Dedham (Cherylene Lee), y Luki Dedham (Tim Stafford).

A unos miles de quilometros la estirada Amelia Dedham, de la compañía naviera Dedham Shipping Company, ultima los detalles de su viaje a las islas por asuntos personales y empresariales. Con el recurso de la elipsis Ford nos ha presentado a los carismáticos personajes. Las maquinaciones para 'espantar' a la desconocida Amelia de su propósito en la isla, se reflejará en el ajetreado desembarco con el oculto deseo de hacerla desistir sobre sus pretensiones. A esta comedia de situación, el cineasta añade a la eximia Miss Lafleur (Dorothy Lamour), el 'chino listo' y secretario del gobernador Míster Fu (John Fong), el emocional y variable Padre Cluzeot, o el sargento Monk Menkowicz (Mike Mazurki) los que, de alguna manera, se compincharán para espantar a la desconocida bostoniana a punto de irrumpir en las vidas de los apacibles isleños de Haleakaloha.

La sucesión de los acontecimientos entre festivos borrachines, broncos marineros, alguna cantarina armada al ritmo de la preciosa melodía Walter Matilda, y lugareños expectantes de acción, nos coloca en mitad de confusas situaciones, que derivan en alguna divina moneda, pianos destrozados y dañados tejados incapaces de resistir la copiosa lluvia atraída por los desafinados susurros melódicos iniciales surgidos de la delicada voz de Miss Lafleur con un memorable arranque en la interpretación del clásico navideño Silent Night, entre oportunos paraguas y unos sorprendentes magos llegados de...

Con La taberna del irlandés, John Ford completa una de sus últimas realizaciones en su larga y fructífera carrera. Película de puro divertimento cinematográfico en la que no faltan los amigos, la fiesta, los mamporros, la familia y los orígenes, temas que no por largamente tratados en su filmografía son menos interesantes en La taberna..., entre las músicas de Cyril Mockrigde, la fotografía de William Clothier, y el texto de Rank Nugent y James Edward Grant sobre una historia de Edmund Beloin. Una comedia para disfrutarla sin otras pretensiones que las de pasar un buen rato por cuenta del maestro que lo fue hasta el final.
avanti
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