Si para muchos Ted fue una película echa con muy mal gusto y sin pizca de gracia, las expectativas creadas para ver su nuevo trabajo, no eran muy alentadoras y eso que contando con un reparto de lujo se puede esperar un poco más. Pero mi recomendación para Seth MacFarlane es que por favor, cambie de tercio ya que como cómico lo tiene perdido.

Mil maneras de morder el polvo, como título de película ya hace replantearse el que la veamos, pero si pasamos esa fase y logramos verla, lo que no encontramos es un panorama más que deprimente. Con un guión y una trama rozando la tontería más grande jamás contada, nos cuenta una historia que no tiene ni pies ni cabeza, llena de momentos en donde uno se tiene que reír, pero lo único que logra es el silencio absoluto, todos sus gags son más que predecibles, toda la trama es lineal, aburrida y más plana que un folio, no logrando en ningún momento a entretener lo más mínimo, por lo que resulta larga y pesada.

Su recta final, también se lo puede llamar " una americanada " , es decir, un cúmulo de circunstancias que todos sabíamos que iban a pasar y todo ello envuelto en una atmósfera que destila aburrimiento y descanso para el que la vea.

Sus actores por otra parte, no es que realicen un trabajo desastroso, pero tampoco son capaces de transmitir al espectador nada de lo que en un principio deberían, por lo que se puede decir que sus trabajos son muy mejorables.

Su punto más a favor es todo lo que se refiere a la adaptación del Oeste y su recreación, que resulta por lo menos algo creíble.

Como conclusión se puede decir que Mil maneras de morder el polvo no cumple con las expectativas. no provoca risas ni carcajadas, se hace lenta , pesada y larga, tres factores más que determinantes para este tipo de película.

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