Historia que se cocina a fuego lento con una fotografía muy bien aprovechada gracias a la locación donde se cuenta. Para verla un día de invierno o de lluvia, sin nada en la agenda.

Sabemos que no hay recetas de como manejar el dolor, la perdida, la ira...nos encontramos tomando decisiones sobre la marcha sin pensar las consecuencias porque estamos cegados. El personaje de Haley tiene que hacer este viaje, es decir, regresar al lugar donde la hirieron para superarlo, enfrentarse a eso que la atormento, verlo a la cara y poder soltar esa mochila al mismo tiempo que intenta armar su vida. Mientras que Owen debe ponerse los pantalones en muchas cosas que lo superan y por sobre todo hacerse cargo de lo que hizo (o no hizo mejor dicho) al mismo tiempo que intenta hacer un puente con su hermana.

Un drama familiar duro y puro, inteligentemente contado, con algunos puñetazos al corazón que habla del como continuar o pasar la pagina y como encontrar el perdón de la persona que queremos pero lastimamos.

No quiero dejar de ser objetivo dado que soy fan de Haley Lu Richardson, pero creo que no hubo química con su compañero, lo cual hace que siempre sea medio áspero el intercambio, no digo que hayan estado mal pero quien hace de pegamento en todo esto es el enfermero a mi parecer.