Claro acercamiento del cine argentino a una fórmula típicamente americana, esa en la que un tipo corriente se mete en unos líos importantes sumada a la de pareja extraña de policias alrededor de un caso de corrupción. No cuesta nada imaginar una versión de esto mismo con Martin Lawrence y John Goodman, tiempo al tiempo. El caso es que si bien la trama y las formas no tienen mucha originalidad si le salvan los diálogos, las interpretaciones y ciertos giros del guión. El desenlace es un tanto ingenuo y tópico pero merece la pena el visionado en lo que a comedia se refiere. La realización es correcta sin más y la música haciéndo enfasis todo el rato en el tipo western es un tanto repetitiva. No obstante es recomendable