Previsible perdigón para mayor gloria del Capitan Pilila, esta vez, encarnado por un cumplidor Tomate Ancas de rana, que va de menos a más, pero que tampoco logra zafarse de otros papeles similares que llevan abanicándole la espalda en practicamente, toda su carrera, yo al menos, no levito, no consigo despegar mis transistores del suelo antes las ovaciones que recibe Ancas de rana, aquí, es cierto que en el tramo final consigue al menos, aportar algo de credibilidad.

El mayor problema con el que me encuentro en este callejón unidireccional no es que un bando sea siempre bueno, honesto, honrado y otro necesitado, inverosímil y perdedor, no, aquí el problema es que no respiro tensión, el pretendido grupo de asaltantes y piratas es ciertamente ridículo, plagado de tópicos, blando, fofo, dando la impresión que en cualquier momento alguien va a alardear de fusil con una riñonera del Betis mientras Leo Harlem se tira un pedo, o a pedir alguna firma para su camiseta de Samuel Eto'o.

Mientras tanto, la cachondina sigue amenizando la velada y el pirate team siembra el bochorno cada cierto tiempo aunque el tramo final parece que levanta algo el vuelo entre tanta manguera y escondite inglés.

En fin, un discreto y olvidable telefilm.

Se despide desde su yate.

El capitán Pilila, quizás el capitán con mejor nombre que pueda existir en el mundo, y que también rima con Dalila.