Esta es una de aquellas películas en las que no pasa nada pero mantienen despierto al espectador. Los actores son espléndidos, en especial, el protagonista, con sus apuntes autobiográficos reales. Los personajes parecen de verdad, con sus relaciones de amistad, sus inquietudes, sus pequeños traumas y sus elucubraciones filosóficas sobre la vida y la muerte, con episodios muy reflexivos sobre el propio pasado que ya no volverá. La acción sucede en la América profunda, fronteriza con Méjico, espléndidamente retratada, con sus gentes y sus costumbres. La banda sonora es muy apropiada basada en temas "country" y rancheras. En este punto, lo único que cojea es que la interpretación de los mariachis debiera haber sido en directo y no doblada. Película para ver y gozar.