Vaya por delante decir que una película así tiene ganados muchos puntos ganados antes ni tan solo de comenzar por lo sugestivo de la propuesta y la solidez de los actores. Además este “Sin escalas” es una película realmente entretenida. Tonta como la que mas, pero entretenida a rabiar, una película bien rodada que aprovecha esa monótona tendencia de Liam Neeson a los action hero otoñales y desencantados haciendo girar toda la película a su alrededor (tanto física como metafóricamente). Liam Neeson lo sabe e intenta actuar de la manera más neutra posible para evitar convertir este “Sin Escalas” en un thriller histérico. Un actor realmente sólido que entiende el producto en el que está y consigue que toda la película descanse sobre sus anchos hombros sin el menor problema. El director Jaume Collet-Serra se está convirtiendo en un impersonal artesano y eso se nota, la factura de “Sin escalas” que es impecable aunque carece de personalidad. Un trabajo de planificación que funciona como el mecanismo de un reloj suizo hasta desembocar en ese histérico final que, aunque obvio, convencerá a todos por igual. Y a pesar de ello, sigue siendo una película tan fría como los azulados tonos en los que está pintada, como meter los ingredientes en una Thermomix, el resultado es delicioso pero carece de toda personalidad.