Versión urbana de "Le llaman Bodhi" para adolescentes del siglo XXI. Este "Tracers" tiene excelentes momentos de acción pero nada mal, el resto huele a prefabricado (incluyendo el innecesario romance) y parece un vehículo para que el ídolo de adolescentes Taylor Lautner pueda seguir demostrando que el único motivo por el que está en el cine es ir corriendo de un lado a otro (como sucedía en "Sin Salida"). Si obviamos lo rutinario de la propuesta y la escasa capacidad interpretativa de Lautner hay que reconocer que el muchacho se lo trabaja en las escenas de acción (realizadas por el mismo) y que además hay alguna persecución realmente conseguida (como cuando escapan del robo al banco). El resto es mas de lo mismo, una película que pretende ser adulta pero que trata a los espectadores de niños. O quizás sea al revés, una película para adolescentes que pretende ser adulta (y naufraga). ¿Entretenida? Si, mucho. ¿Una buena película? Definitivamente no. "Tracers" es como una hamburguesa del McDonald's, puede que esté buena y te quite el hambre en un momento dado pero no por ello deja de ser comida basura. Y es que Daniel Benmayor no es Kathryn Bigelow por mucho que pegue la cámara a sus personajes y los haga correr por estrechos pasillos, se nota demasiado la copia y se nota demasiado que no hay personalidad.