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Voto de DartNoob12:
7
6,2
2.425
Drama
En la isla de Tahití, en la Polinesia Francesa, el Alto Comisario de la República, De Roller, representante del Estado francés, es un hombre calculador de modales impecables. Tanto en las recepciones oficiales como en los establecimientos ilegales, no deja de tomar el pulso a una población local cuya ira puede despertarse en cualquier momento. Y más aún cuando un rumor se instala: parece haberse avistado un submarino, cuya presencia ... [+]
31 de agosto de 2022
17 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otra semana, otro preestreno. Probablemente la última vez que haga esto, que la universidad empieza en menos de dos semanas y voy a volver a tener que hacer malabarismos horarios para poder ir al cine.
Más que interés por la película, tenía gran curiosidad por conocer a Albert Serra, todo un personaje. Tampoco voy a ponerme a describir cómo es exactamente, sirve con buscar su nombre en internet y ver todas las frases pretenciosas que ha soltado, pero dejo de regalo un par de detallitos que dejó durante el coloquio post-película:
-No da a los actores los diálogos. Les da un pinganillo y se lo va dictando, y estos lo van repitiendo y enterándose poco a poco de qué va la escena. Dice que esta es la única forma efectiva de trabajar con los actores y de hacer películas, todo lo demás es inútil, sólo sus métodos sirven.
-Que todos los actores son vagos, llegan tarde y cobran mucho. Les odia y les putea.
-Todos los habitantes de la polinesia son aburridos y corruptos.
-Grabó 500 horas de metraje, se puso a gritar algo sobre las cámaras digitales o no se que, la señora que le entrevistaba se asustó.
-Que las primeras 2 horas eran bastante pesadas, los últimos 40 minutos eran lo mejor (esto antes de ver la peli)
-Básicamente, que el no entiende gran cosa de lo que pasa en la peli y tampoco hay un mensaje mayor, y que los detallitos raros y fallos que pasan son adrede. Supongo… quién soy yo para criticarlo entonces?
Bueno, vamos con la crítica. ¿Es una buena película? Ni idea, si os soy sincero. Durante las eternas 2 horas 45 minutos (165 minutos santo dios) buscaba un sentido, una explicación narrativa a todo lo que veía en pantalla. Bueno, pues no la hay. No es que sea inútil, que no entienda el cine, que no haya prestado suficiente atención. Es inexistente, nada más. Cuando empieza la peli (y con empieza me refiero a la primera media hora) hay una especie de misterio sobre un pasaporte perdido de un portugés, algo de unos chinos e intereses internacionales… al final, eso está ahí para despistar, no aporta nada.
Benoit Magmel encarna a De Roller como una sombra que se mueve por la isla, aunque se dedique a andar y hablar te cae muy bien, siempre con un aire de tensión e intentando equilibrar el agradar al gobierno y servir a la isla.
En conclusión, esta película no es para cualquiera. Si quieres casi 3 horas que te desafían y te hacen pensar (sin recompensa alguna), esta es tu película. Aquí no hay historia ni objetivos, solo una vibra de misterio que envuelve toda la película. Si logras introducirte en su atmósfera, puede que este loco viaje haya merecido la pena.
Sigo en spoiler comentando un par de detalles:
Más que interés por la película, tenía gran curiosidad por conocer a Albert Serra, todo un personaje. Tampoco voy a ponerme a describir cómo es exactamente, sirve con buscar su nombre en internet y ver todas las frases pretenciosas que ha soltado, pero dejo de regalo un par de detallitos que dejó durante el coloquio post-película:
-No da a los actores los diálogos. Les da un pinganillo y se lo va dictando, y estos lo van repitiendo y enterándose poco a poco de qué va la escena. Dice que esta es la única forma efectiva de trabajar con los actores y de hacer películas, todo lo demás es inútil, sólo sus métodos sirven.
-Que todos los actores son vagos, llegan tarde y cobran mucho. Les odia y les putea.
-Todos los habitantes de la polinesia son aburridos y corruptos.
-Grabó 500 horas de metraje, se puso a gritar algo sobre las cámaras digitales o no se que, la señora que le entrevistaba se asustó.
-Que las primeras 2 horas eran bastante pesadas, los últimos 40 minutos eran lo mejor (esto antes de ver la peli)
-Básicamente, que el no entiende gran cosa de lo que pasa en la peli y tampoco hay un mensaje mayor, y que los detallitos raros y fallos que pasan son adrede. Supongo… quién soy yo para criticarlo entonces?
Bueno, vamos con la crítica. ¿Es una buena película? Ni idea, si os soy sincero. Durante las eternas 2 horas 45 minutos (165 minutos santo dios) buscaba un sentido, una explicación narrativa a todo lo que veía en pantalla. Bueno, pues no la hay. No es que sea inútil, que no entienda el cine, que no haya prestado suficiente atención. Es inexistente, nada más. Cuando empieza la peli (y con empieza me refiero a la primera media hora) hay una especie de misterio sobre un pasaporte perdido de un portugés, algo de unos chinos e intereses internacionales… al final, eso está ahí para despistar, no aporta nada.
Benoit Magmel encarna a De Roller como una sombra que se mueve por la isla, aunque se dedique a andar y hablar te cae muy bien, siempre con un aire de tensión e intentando equilibrar el agradar al gobierno y servir a la isla.
En conclusión, esta película no es para cualquiera. Si quieres casi 3 horas que te desafían y te hacen pensar (sin recompensa alguna), esta es tu película. Aquí no hay historia ni objetivos, solo una vibra de misterio que envuelve toda la película. Si logras introducirte en su atmósfera, puede que este loco viaje haya merecido la pena.
Sigo en spoiler comentando un par de detalles:
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Aquí viene la parte pretenciosa de la crítica. Creo que la idea de esta película es lo de “No lo pienses, sientelo”. El protagonista, Le Roller, divaga por el interior de la isla, en clubes de luces de neón horteras y horribles, almirantes que fuman droga y bailan y americanos que comen cacahuetes en campos de rugby. Vive en una especie de delirio constante, un miedo que no sabe si es verdad, una alerta constante que acaba superándole. Barcas que recogen a chicas, que son empujadas por hombres aún cuando tienen motor y van al mar a entrar a un submarino nuclear (que suele estar 2 años bajo el agua), y Le Roller va con una moto de agua y una linternita a buscarles a un inmenso mar? Ridículo, todo delirante. Llegado este punto, este absurdo también ha podido con nosotros. La película no quiere “decir” nada, solo meterte en esta espiral (más bien círculo) de misterio.
Y este misterio está acrecentado por pequeños detalles, diminutos que hacen que todo sea raro en general: sonrisas fugaces que hacen algunos personajes de la nada, conversaciones que ocurren en 2 sitios a la vez, situaciones que no sucederían en el mundo real (abandonar a tu secretaria en otra isla y que ella no ponga ninguna pega), personajes que cambian de lugar por arte de magia, personajes que aparecen escasos minutos y desaparecen… Esta película, 165 minutos después, acaba contigo, te deja KO, con tus neuronas fritas intentando descifrar de qué va la cosa sin éxito alguno. Si eso es lo que quería Albert Serra, lo ha conseguido.
Todo lo demás, espectacular. El viajecito que se ha pegado Albert a la Polinesia ha merecido la pena, por que hay decenas de planos de la isla que son sobrecogedores, tanto cuando muestran la lejanía y espectacularidad de la isla (la escena del surf, una completa anomalía dentro de la película y la idea sobre el cine de Serra), la decadencia y desesperación que hay en lo más profundo de esta (la escena final del club) y retratando con gran belleza a la gente de las islas y sus costumbres (la escena del baile con una música brutal).
Y este misterio está acrecentado por pequeños detalles, diminutos que hacen que todo sea raro en general: sonrisas fugaces que hacen algunos personajes de la nada, conversaciones que ocurren en 2 sitios a la vez, situaciones que no sucederían en el mundo real (abandonar a tu secretaria en otra isla y que ella no ponga ninguna pega), personajes que cambian de lugar por arte de magia, personajes que aparecen escasos minutos y desaparecen… Esta película, 165 minutos después, acaba contigo, te deja KO, con tus neuronas fritas intentando descifrar de qué va la cosa sin éxito alguno. Si eso es lo que quería Albert Serra, lo ha conseguido.
Todo lo demás, espectacular. El viajecito que se ha pegado Albert a la Polinesia ha merecido la pena, por que hay decenas de planos de la isla que son sobrecogedores, tanto cuando muestran la lejanía y espectacularidad de la isla (la escena del surf, una completa anomalía dentro de la película y la idea sobre el cine de Serra), la decadencia y desesperación que hay en lo más profundo de esta (la escena final del club) y retratando con gran belleza a la gente de las islas y sus costumbres (la escena del baile con una música brutal).