Judi Dench es una gran actriz, cosa que ya ha plasmado en diferentes películas y además, es ganadora del premio Óscar por su pequeño papel en "Shakespeare Apasionado" (1998). En esta nueva película "Philomena", Dench derrocha todo su carisma, en un papel que suele parecer fácil pero que tiene mucha profundidad psicológica.
El relato está basado en la vida real, y nos cuenta la historia de Philomena Lee una anciana, que cuando era apenas una adolescente quedó embarazada. En ese tiempo, se vio obligada a dar su hijo en adopción por insistencia de las religiosas que estaban a cargo del convento donde ella vivía. 50 años después, ella quiere saber que ocurrió con su hijo, como está y donde vive. Su hija al darse cuenta de este deseo de su madre, se pone en contacto con un periodista para que este le ayude a contar su experiencia y encontrar a su hijo.
El guión es bueno pero quizá queda un poco amarrado a no sé qué, que no lo deja contar más , denunciar más. Quizá el tema sea un poco delicado, pero cada vez que quiere plasmar ese descontento que ocurría hace unos 50 años, queda rezagado.
Para mitigar un poco estas inconsistencias, aparece Judi Dench. Su actuación es memorable, por que logra transmitir muchos sentimientos como el perdón, la bondan y el amor, mediante gestos y miradas.
La dirección de Stephen Frears es pausada, hasta parece que no está presente, ya que todo fluye bien y nada se ve forzado ni con objetivos de hacer llorar al espectador fácilmente.
La fotografía de Robbie Ryan es hermosa y la banda sonora de Alexandre Desplat es sencilla, pero maravillosa. Las melodías son pegajosas y quedan en la memoria por un buen rato.
"Philomena" es un filme memorable, que no alcanza niveles de perfección, pero con su esmerada presentación visual y actuaciones radiantes, permite que se pueda recomendar y hacerle un campito en el corazón.