"Fried green tomatoes at the Whistle stop cafe". Hará las delicias de todos los espectadores, homos y heteros... De hecho fue una producción hecha para gustar a todo el mundo, y lo consiguió. Historias de lesbianismo, racismo o violencia de género, tan de moda en los últimos años. Tomates Verdes Fritos (el título se refiere a una especialidad culinaria del sur norteamericano) fue dirigida por el debutante Jon Avnet. Conocido hasta el momento como productor de películas para cine y T.V., Avnet compró los derechos del libro con su propio dinero y posteriormente le ofreció compartir el proyecto al productor ejecutivo Norman Lear, uno de los nombres más respetados de Hollywood. La adaptación cinematográfica del libro de Flagg les llevó cuatro años de trabajo, pero los resultados de las taquillas confirmaron que habían valido la pena. Realizada con 13 millones de dólares (presupuesto bajo en el mundo del celuloide), Tomates Verdes Fritos superó los 41 millones de dólares en tan sólo las primeras cinco semanas de proyección. Eso sin mencionar que ganó el Oscar a la mejor película y a la mejor actriz (Jessica Tandy) de 1991.