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Voto de Fernando Criollo:
4
Acción. Thriller Tyler Rake (Hemsworth) es un mercenario que ofrece sus servicios en el mercado negro, y al que contratan para una peligrosa misión: rescatar al hijo secuestrado del príncipe jefe de la mafia india que se encuentra en prisión. Secuestrado por un capo de la mafia tailandesa, una misión que se preveía suicida se convierte en un desafío casi imposible que cambiará para siempre las vidas de Tyler y el chico. (FILMAFFINITY)
30 de abril de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con las salas de cine cerradas por la pandemia, los grandes estrenos cinematográficos se han trasladado en este momento a las plataformas de ‘streaming’. En ese contexto se estrena ‘Misión de rescate’, una producción de Netflix que pone a Chris Hemsworth de vuelta en una trama de acción, aunque esta vez huérfano de los superpoderes del dios nórdico que interpreta en ‘Avengers’.

Eso no le impedirá lucir otras habilidades, casi igual de sobrehumanas, en el papel de Tyler Rake, un mercenario contratado para rescatar al hijo de uno de los principales capos de la mafia india, secuestrado por otro de los más peligrosos traficantes de ese país.

La situación claramente responde a una lucha entre violentos grupos de poder. En medio aparece Tyler Rake, configurado como un nuevo héroe de acción, que al parecer quiere competir con John Wick o el agente Hobbs. El problema es que quiere competir con una historia convencional, aunque venga firmada por Joe Russo.
¿Qué tiene que perder un hombre que lo ha perdido todo, incluso sus últimos vestigios de humanidad? Exacto, nada. Eso convierte a Rake en un hombre sin miedos y un mercenario suicida. Por otro lado, ese aspecto del personaje le da al debutante director Sam Hargrave la libertad para filmar una película con poca sustancia pero mucho entretenimiento.

Con una larga carrera como especialista y doble de acción, la idea de entretenimiento que Hargrave vuelca sobre la pantalla está basada en una serie de situaciones de acción y riesgo extremos, que se suceden casi sin respiro. En ese compendio de acrobacias, lo que más se destaca es un plano secuencia de 12 minutos, capaz de dejar sin aliento al espectador, tanto como seguramente sucedió con el director de fotografía y el operador de cámara. Golpes, balas, muertos, explosiones, persecuciones, caídas y más muertos son parte del espectáculo visual que se logra en una sola coreografía. La trepidante acción que exuda el filme incluso le costó una fractura de la mano a Bobby Dazler, doble de Hemsworth.

Con menos exposición que Hemsworth, Rudhraksh Jaiswal juega bien su papel como Ovi, el pequeño secuestrado que corre siguiéndole el paso al héroe, que sobrelleva el terror de estar en medio de una guerra sin más protección que su instinto de supervivencia, que a medida que se complica la misión llega a penetrar la armadura física y moral de su salvador, que la película quiere usar como arma secreta. Al final, el filme se rinde al espectáculo de la absurda violencia.
Fernando Criollo
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