Corría el año 1984, una década maravillosa y posiblemente la mejor del cine en todos los géneros y James Cameron empezó su carrera como director en solitario con una de las mejores películas de ciencia ficción, que siete años más tarde culminó con una secuela que es una obra maestra.
Protagonizada por Arnold Schwarzenegger y Linda Hamilton, nos presentan una película de ciencia ficción, acción y viajes temporales que hará las delicias a los amantes de estos géneros, con una historia que se entiende fácilmente, con un par de cosas a tener en cuenta, quizás sea lo más flojo de la película, un guion que quizás va a lo fácil, a introducir persecuciones y argumentar lo más mínimo, para que no nos perdamos, pero a veces es mejor un guion más sencillo que un guion complejo que al final te terminas liando, ofreciendo un buen puñado de escenas memorables, ya sean de acción, de diálogos o de violencia, con escenas verdaderamente espectaculares por su maquillaje y por sus efectos especiales, todo ello con unas actuaciones portentosas y un gran final.
Elaborando en definitiva una película que si bien no tiene el mejor hilo argumental que hayamos visto, verla todavía a día de hoy sigue siendo un enorme placer por cómo está hecha, con su enorme calidad en las escenas de acción, sus grandes interpretaciones y por sus buenos puñados de escenas que siempre se te quedarán en la retina, una de las clásicas películas que las tienes que ver más de una vez en tu vida.