Cuando ví el reparto pensé que la película tenía que rezumar calidad, solo por los actores. Cuando supe que la apadrinaba Tarantino aún más. Así que algo me decía que estaba ante algo interesante.
Esto es un preludio necesario para lo que tengo que decir sobre "esto". Y es que todavía me cuesta entenderlo.
Michael Madsen es un actor con una presencia extraordinaria. Dennis Hopper es por todos conocido como un gran intérprete. Y Vinnie Jones tiene una mirada y carácter únicos. No se puede decir lo mismo de Eric Balfour, que resulta patético en todos sus papeles, lo que hace este chico es de todo menos interpretar. Pues bien:
Hell Ride, a pesar de su reparto, y sus primeras y cortísimas buenas maneras iniciales, es un destrozo absoluto. Hacía tiempo que no veía diálogos más absurdos, escenas más forzadas y actuaciones más penosas. No se le puede llamar cine, si me apuráis. La premisa era buena, cine de moteros, sangre, violencia y sexo. Pero se puede hacer mucho mejor. Evidentemente Quentin Trantino es amiguete de Larry Bishop y le echa la manita de meter su nombre en los créditos de esto, pero no os dejéis engañar. Una cosa es el cine de Tarantino y otra muy distinta esta Hell Ride. Un cúmulo de situaciones a cual más absurda y unos actores desperdiciados como pocas veces he visto. La aparición de David Carradine es puramente anecdótica, y todo se convierte a los 10 minutos de visionado en una soberana estupidez tremendamente aburrida además. Me pregunto qué hubiera pasado de estar dirigida por Tarantino. Pero Larry Bishop consigue un bodrio absoluto.
Si no se toma en serio ni desde el primer minuto, puede llegar a divertir un poco. Incluso los créditos iniciales están bien. Por cierto, curiosamente todo tiene un aire lejanísimo al cine de Tarantino, pero sin un ápice de calidad, es peor que una mala copia. Y el guión, para poner la guinda al pastel, es de lo mas tonto que he visto en años. La historia central es un auténtica payasada y sólo se salvan un par de detalles y la música, que es quizá lo mejor, junto a que a Michael Madsen el papel le queda como un guante, es el chulo por excelencia.
Para rematar bien la jugada, el final es totalmente bochornoso. Si esperas un final mínimamente digno, ni siquiera lo tiene.

En definitiva, no os molestéis en ver esto o hacedlo si queréis. Siempre digo que para gustos los colores. Pero que no me digan que es cine. Es una tontería absurda a más no poder.
Si se vé como una gamberra crítica ácida a las películas de bandas moteras algo más serias, incluso se puede disfrutar un rato, pero un rato corto. Por lo demás, absolutamente prescindible.

Mala, con avaricia. Con otro director habría salido algo mucho más potable.