El planteamiento de "Adam" me atrajo desde un primer momento: historia de amor entre una maestra y joven con Asperger no es algo que veamos todos los días. Me autoconvencí que la película no iba a caer en la sensiblería, el drama o la cursilada y me senté a verla con unas expectativas (tal vez) demasiado altas.
Si bien "Adam" no es una comedia romántica de las que Hollywood nos surte todos los días, no dejan de sobrar tópicos por todas partes: los padres ricos e incomprensivos, la sociedad que lo rechaza ante situaciones que rozan el absurdo, el argumento de "es así, pero cambiará"...
Aunque la película tiene buenos actores que sustentan el guión, éste se va encareciendo más y más a medida que transcurre el argumento y a los especatadores nos sucede otro tanto; nos vamos desinflando, pasando de una ilusión inicial a un estado de indiferencia.